Luego del almuerzo, nos dirigimos a la oficina, Ani nos acompañó.
Todo medio mundo sabía que Ken tenía una hija, pero algunos desconocían quién era su madre.
—Hola Ani —Sofía saluda a la pequeña al entrar.
—Hola —responde la niña. No soltaba la mano de Ken, ni se daba cuenta que yo me estaba alejando a la oficina.
—Ken —voltea—tienes que trabajar yo me quedo con ella...
Él mira a la niña, pero ella nació siendo actriz y por supuesto lo convenció—tranquila ella se queda conmigo.
—Entonces ten —saco de mi cartera los colores y su cuaderno—para que dibuje y no te moleste.
Me dirijo a la oficina y Sandra no está. Debe de haber ido al baño.
Me quedo estática por un instante al ver a Pedro en mi oficina.
—¿Que haces aquí? —pregunto fría.
—Debemos hablar sobrina —ese tono asusta, pero he aprendido a mantenerme firme.
—Si ¿de que? —lo miro directo a los ojos—no tengo mucho tiempo.
—Pues me llegó una solicitud de tu abogado para ceder algunas acciones de esta empresa a tí, ¿me puedes explicar?