-Caleb, deja eso.- Reclamó Sara-Lee mientras no paraba de mover la radio intentando encontrar música buena.
-Amor.- Me miró y una sonrisa salió de sus labios.- Conecta tu celular y pon música, porfis.- Hice un puchero y ella obedeció.
Si antes de ser mi novia era tierna, ahora... va a hacerme vomitar arcoíris.
Vamos camino a casa de Sara-Lee para dejarla sana y salva. Tengo una pelea mañana y aunque no quiera asistir, ha sido corrida a otra fecha dos veces, el campeonato no puede esperar por mí.
Sara-Lee colocó una canción de Quavo e íbamos felices cantando y bailando hasta que el volumen se redujo automáticamente y el timbre de un mensaje recibido sonó.
La miré y ella quiso ignorar el repique y seguir cantando, pero tomé su celular, el cuál ella no había visto y revisé yo. Ella no tenía patrón de bloque