Con el carácter de Fane, ¡seguramente no dejaría pasar fácilmente a Benigno!

El hombre de la túnica azul se llevó la mano a la frente: —¡Hermano Meyer! ¡Te lo ruego, cállate la boca! ¡Si sigues hablando, Fane podría no dejarte ni un cadáver completo!

El hombre de la túnica azul siempre se refirió a Benigno como hermano Meyer, y al decir estas palabras, tenía una expresión de esperanza, casi juntando las manos en oración en el acto.

Pero incluso si el hombre de la túnica azul estaba tan angustiado por Benigno, en ese momento Benigno dentro del espacio dimensional no estaba dispuesto a detenerse. En su mente, solo tenía un pensamiento: ¡matar a Fane con sus propias manos y torturarlo para desahogar su propia ira!

Diego ya no podía esperar más. Escuchando a los dos hablar tonterías durante tanto tiempo, sintió que era completamente aburrido.

—¡Basta ya! No quiero escuchar más tonterías de ustedes dos. Fane, si te doy un poco de comodidad durante medio aliento, estaré incómodo. ¡Ha llegado