Arthur se quedó sin palabras, pero solo pudo guardar silencio.

"Jeje. Austin. Realmente sabes cómo actuar frente a mí. Has matado a tantos discípulos de nuestro clan, ¿y todavía tienes las agallas de negarlo?".

Edward se rio. "Si eres un hombre, enfréntate a nosotros directamente", dijo. "El Clan de la Matanza no tiene miedo de luchar contra todos ustedes. Pero que nos ataquen desde las sombras es algo excesivo".

Austin se quedó sin palabras. "Amo del Clan de la Matanza, me estás acusando seriamente sin fundamento", explicó apresuradamente. "Realmente no sé nada de la gente del mundo abandonado de la que hablas. ¿A menos que nos hayan invadido de nuevo? ¿Cuántos han entrado? Si no hubieras dicho nada, no habríamos sabido. ¿Ha muerto alguno de tus discípulos? No puede ser. ¿Fueron muchos los que entraron?".

Edward frunció el ceño al oír esto. No pensó que Austin siguiera haciéndose el tonto frente a él en este momento.

El Primer Anciano del Clan de la Matanza no podía aguantar más.