Capítulo 4

Eric escuchaba a medias a Dominic mientras éste le contaba sobre el club al que había ido en Wild River. Su cabeza estaba flotando lejos de la conversación, pensando en su compañero. Había estado haciendo eso mucho los últimos días, con la situación del celo y la forma tan reacia en que Ryder seguía empeñado en tratar con ello por sí mismo. Todavía no sabía cómo había dejado que Eric lo masturbara, pero por otro lado, tal vez él estaba demasiado ido en ese momento para contenerse. 

El único consuelo que al parecer Ryder permitía, era en las noches. El oso lo rodeaba con sus brazos apretadamente, hundiendo la nariz en el hueco entre su cuello y hombro, tomando profundas respiraciones. No se hacía una idea de cómo le ayudaba, pero lo hacía, por un tiempo al menos. Se despertaba cuando Ryder se movía en la cama y rodaba fuera de ella. Luego se encerraba en el cuarto de baño y encendía la regadera por un largo tiempo. Eric no podía entender.

"¿Estás escuchando?"

Sacudió la cabeza y miró al oso. "Lo siento. Estaba pensando."

"Lo sé. ¿Es por el jefe?" Dominic miró hacia el camino, pero su atención estaba puesta en Eric. "Sabes, jamás vi a Ryder salir con alguien." Hizo silencio mientras veía el rostro del oso. Dominic tenía una brillante mirada. "Es bueno para él. Y estoy feliz por ambos. Pero, vaya si eso no fue una sorpresa."

Sonrió. "¿Lo fue?"

"Oh, sí." Dominic suspiró levantando las cejas. "Quería preguntar, pero parecía que si lo hacía, me arrancaría cada extremidad."

"Es difícil llegar a él," murmuró, cambiando la vista hacia afuera de la ventana. "¿Sabes qué puedo hacer? Yo-" Abrió la boca y luego la cerró, sus mejillas ardiendo. No había manera en que estuviera diciéndole al oso que era virgen. "Solo necesito una manera de romper la barrera que sigue poniendo en medio."

"Si soy honesto, pienso que lo estás haciendo bien. Dios, estoy hambriento."

Lo miró. "¿No está Chase haciendo la cena hoy?"

"Oh, vamos. Sabes que puedo comer más que eso." En efecto, Dominic se desvió hacia la cafetería y apagó el motor. "Conseguiré algo para ti también."

Se quitó el cinturón y bajó del auto. "¿Con eso intentarás comprar mi silencio?"

"Tal vez," él sonrió y subió los escalones. "Pero es pan fresco. Lo olí hace como cinco minutos."

Sacudiendo la cabeza, Eric entró. Había un par de mesas ocupadas, pero la mayoría estaban vacías. Eran cerca de las siete de la noche, así que las personas estarían en restaurantes consiguiendo una comida completa. La cafetería se prestaba para citas casuales, con una linda iluminación que le daba un aspecto rústico. ¿Aceptaría Ryder tener una cita con él? Su cabeza comenzó a llenarse de imágenes de ambos, compartiendo una mesa en un lindo restaurante, vestidos con ropa formal. Ah, maldición, ahora quería ver cómo Ryder luciría un traje completo. 

Su hombro fue empujado, haciéndolo tropezar un poco. Se dio la vuelta para mirar a la persona, pero tuvo que dar un paso atrás y luego levantar la cabeza. El hombre era ridículamente alto, más alto de Ryder y más macizo. Tenía unos brillantes ojos grises y largas pestañas, una gruesa barba cubría sus mejillas. Olía como un oso. Eric dio otro paso atrás.

"Disculpa, no te había visto." Sostenía una bolsa de papel en una mano y la otra la levantó, poniéndola frente a Eric. "Mi nombre es Nathan." Eric tentativamente sacudió la mano del hombre. Miró hacia atrás hacia Dominic, pero el oso estaba mirando los pasteles detrás de la vidriera. 

"Eric," murmuró, mirando al hombre tentativamente. Había algo en él que se le hacía familiar, pero no podía poner el dedo en eso. Tragó con fuerza y aspiró una bocana de valentía. "No te preocupes por eso." Le dio una amable sonrisa. 

"Bien, Eric. ¿Sabes si hay algún buen restaurante por aquí? Llegué al pueblo apenas ayer y no he tenido mucho tiempo para recorrerlo."

Asintió. "Está Midnight Pleasure, un poco alejado, por el área de los edificios, o Frank's. Es muy bueno, y son realmente amables ahí." Metió las manos en los bolsillos de su sudadera, que en realidad era de Ryder, pero era tan suave y cómoda, además olía como él. 

Nathan sacó su teléfono celular y comenzó a escribir en él. "Bien. Supongo que podría ir a ambos y ver qué tal." Sonrió y guardó el aparato en su pantalón. 

"¿Qué te trajo al pueblo?"

"Estoy buscando a alguien, pero para ser un pueblo pequeño, ha sido más difícil de lo que creí." Se encogió de hombros, haciendo una mueca. "Supongo-" Se detuvo cuando su teléfono comenzó a sonar. Miró la pantalla antes de fruncir el ceño. Luego lo bajó y le dio una sonrisa a Eric. "Lo siento mucho, pero tengo que irme." Se dio la vuelta y abrió la puerta, mirando hacia Eric. "Y gracias por las recomendaciones."

"Nos vemos." Sacudió la mano en el aire. 

"¿Quién era?" Se estremeció cuando Dominic se paró a su lado, el chico estaba mordiendo el borde de una dona con chispas. Miró fijamente hacia la puerta y luego a Eric. 

Se encogió de hombros. "Es nuevo en el pueblo y quería encontrar un lugar para comer." Miró la bolsa que Dominic sostenía. "¿Qué me conseguiste?"

"Muffins de mora azul." Le entregó una bolsa más pequeña y abrió la puerta para él. "¿Crees que a Theo le guste la vainilla?"

"Podría ser." Bajó los escalones mientras mordía un pedazo de uno de los muffins. "Por cierto, ¿en donde ha estado? Casi no lo veo."

"En la biblioteca." Dominic subió al auto y esperó a que él lo hiciera. "Ha pasado más tiempo allí que en la casa. Mantengo un ojo sobre él, ya sabes, desde que Ryder... no está disponible. Sé que preferiría hacerlo él mismo, pero..."

Asintió y continuó con su muffin hasta que estuvieron en la casa. Había un delicioso aroma flotando en el aire, como comida hecha a la parrilla. Dominic dejó la puerta abierta para él y se fue directamente hacia la cocina. Eric dejó el muffin sobrante en el refrigerador. Desde ahí podía ver a los chicos en la terraza, Chase contaba algo mientras movía un cuchillo en el aire. Heath lo observaba como si fuera su mundo entero, ni siquiera pestañeaba. Sonrió. Ellos eran adorables.

Subió las escaleras y fue hacia la habitación. "¿Ryder?" preguntó cuando entró y no vio a su compañero. Cerró la puerta detrás de sí y caminó hacia el cuarto de baño. Empujó la puerta y miró hacia la regadera. Suspiró y se adentró. "¿Qué pasa?"

Levantando el rostro del espacio entre sus rodillas, Ryder lo miró. "Sigue caliente." Estaba sentado allí, completamente desnudo dejando que el agua cayera encima. Ryder apretó la mandíbula. "Jamás pensé que sería tan terrible si pasaba mi celo en mi forma humana. Cuando soy un oso, no quema, solo vago por todas partes hasta que estoy demasiado cansado para hacer otra cosa que dormir."

"¿Cuánto tiempo llevas aquí?" Se estiró para tomar la toalla del estante. Le tendió la mano a Ryder y esperó a que él se pusiera de pie. Miró fijamente por un momento a la furiosa erección que saltaba entre ambos sintiendo que se sonrojaba. Tiró la toalla a sus manos antes de levantar la mirada. Ryder lo veía fijamente con la mandíbula tensa. 

"Un tiempo," él dijo, todavía mirándolo fijamente. Sostuvo la toalla con tanta fuerza que sus brazos se tensaron. Eric se humedeció los labios cuando su vista se posó en los de Ryder, estaban rojos y con pequeñas gotas de agua. Joder, quería un beso tanto que estaba temblando. Ryder le había hecho ir al cielo y bajar de él cuando lo besó unos días atrás. Sus labios se separaron cuando la mano de Ryder subió hacia su rostro, con el pulgar frotó su labio inferior mirándole profundamente. Eric sintió que sus piernas temblaban, quería ser tocado por él tanto que físicamente empezaba a doler. "Tan suaves."

Eric parpadeó cuando él solo dejó caer la mano y pasó a su lado, saliendo del cuarto. Su corazón estaba latiendo con fuerza, sus manos deseando poder tocarlo. Frunció el ceño y miró su reflejo en el espejo. Sabía que no era el chico más guapo del mundo, incluso tenía gorditos en las caderas, pero no pensaba que estuviera tan mal. Se frotó el cabello y cerró la llave del agua, luego salió y fue hacia el armario, intentando ignorar que Ryder estaba sentado en el borde de la cama, cubriendo su regazo con la toalla. Tiró la sudadera por encima de su cabeza y se quitó los jeans para ponerse unos cómodos pantalones deportivos.

Se dirigió hacia la puerta para ir con los chicos abajo, pero Ryder lo detuvo. Se dio la vuelta y lo miró. El oso abrió la boca y luego la cerró, miró hacia sus piernas antes levantar la mirada. "¿Puedes venir aquí?" palmeó con suavidad el espacio a su lado. Eric miró hacia la puerta y luego a él, antes de suspirar con suavidad y dejarse caer a su lado. Miró sus manos y esperó en silencio. "¿No crees que eres demasiado paciente conmigo?"

Eric rio. "¿Tú crees?" Encontró un hilo colgando de su pantalón y comenzó a tirar de él distraídamente.

"No sabes cuanto toma de mi no tomarte ahora mismo, empujarte en la cama y devorarte." La voz de Ryder tomó un tono más profundo, haciéndolo mirar hacia él. "Pero si vamos a hacer esto funcionar, no quiero que tu primera vez sea conmigo así." Señaló hacia sí mismo. Sus ojos se veían suaves, el verde en ellos brillaba. "Siento que está mejorando."

"¿Mejorando?" Sonrió hacia él, empujando su hombro. Ryder bajó la mirada, pero Eric atrapó la sonrisa que se estiraba en sus labios. "¿Eso quiere decir lo que creo que quiere decir?"

"Después de que mi celo pase, completaremos nuestro lazo."

Eric chilló, causando que los ojos se Ryder se abrieran. Saltó encima de él, haciéndolo caer de espaldas a la cama, y comenzó a tirar besos en su rostro, enredando sus manos detrás de su cuello. Estaba feliz. Dios, tan feliz que quería solo gritar. "Gracias, gracias." Sintió los brazos de su compañero rodearlo por completo, apretadamente contra su pecho. También sintió la presión en su bajo abdomen, pero decidió ignorarla, centrándose en su compañero y toda la emoción reunida dentro de sí. "He esperado este momento por siempre."

"Por siempre... eso es un largo tiempo." Ryder suspiró contra su sien. 

"Desde que era un niño pequeño soñaba con encontrar a mi pareja." Respiró profundamente su aroma sobre el musculoso hombro. "Es como un sueño." Ryder no dijo nada más, solo lo sostuvo tanto tiempo como Eric necesitó antes de empujarse hacia abajo y ponerse de pie. Ryder se sentó derecho y cubrió su regazo con las manos. Eric sonrió y le dio un guiño juguetón girándose hacia la puerta. "Traeré tu cena, ¿está bien?" 

Ryder asintió firmemente, con los labios apretados. Eric esperó. Sabía que al alfa le tomaba un momento poder decir lo que pensaba, así que lo hizo, pacientemente. "¿Me acompañarías?"

"Sí," soltó de inmediato. Se mordió el labio inferior conteniendo su sonrisa. "Regresaré en un momento."

Salió de la habitación y se apoyó contra la puerta, sonriendo como un idiota. Pero estaba tan feliz y ansioso. Bajó corriendo las escaleras, tarareando para sí mismo. Salió hacia la terraza y saludó a todos.

"Hey, separé algo para ti y Ryder." Chase señaló los dos envases con comida. Su amigo le dio una mirada antes de sonreír. "¿Qué sucede?" Ambos miraron hacia los chicos cuando gritaron. Eric sacudió la cabeza. Estaban mirando el televisor pequeño sobre una mesa improvisada. Logan tenía una cara de disgusto mientras Heath, Dominic y Theo reían. Chase rodó los ojos. "Es como convivir con niños pequeños."

"Tengo pareja," dijo alegremente, sonriendo. 

Chase abrió la boca en sorpresa antes de cerrarla y darle una mirada. "Eso ya lo sé. Pero casi parece que vas a comenzar a saltar por todas partes."

Rió. "Solo diré que buenas cosas están por suceder."

***

"Ryder, éste es el oficial Oliver Ford," James se puso de pie y señaló al hombre en uniforme azul a su costado. El oficial asintió hacia él, dándole una sonrisa amable. Ryder pudo oler que era un humano. James señaló al otro junto a Oliver. "El oficial Andrew Coker. Ambos estarán patrullando las calles del pueblo desde ahora." James acomodó su saco y metió las manos dentro de los bolsillos de su pantalón de tela. "El Jefe de la policía en Wild River decidió enviar a dos de sus hombres para mantener las cosas bien por aquí. Ya sabes, también para que los residentes se sientan más seguros."

Ryder miró fijamente al oficial Coker, antes de asentir y estrechar su mano. "Ryder Evans." Cambió su vista a James. "¿Pensé que los hombres que trajiste harían el trabajo?" Se cruzó de brazos y esperó. 

El oficial Ford miró a James levantando las cejas. "No tengo recuerdo de algún informe sobre ello."

"Supongo que pasé por alto ese detalle." James sacudió la cabeza y se giró para sentarse en su silla detrás del escritorio. "Uno de mis conocidos tienen una compañía de seguridad. Todos estos hombres son de ella."

"Me gustaría revisar ese informe, en todo caso," el oficial Ford sonrió. 

El oficial Coker le dio una mirada a Ryder, sonriendo con suavidad. Ryder asintió hacia él. Su curiosidad le había levantado en el momento en que entró a la oficina y olió el aroma de un shifter gato, una pantera más exactamente. El hombre parecía completamente tranquilo, pero también estaba anuente de que James sabía de los shifters. También se preguntó si el Oficial Ford sabía eso.

"Puedo hacer eso." James sacó un par de tarjetas de presentación y se las dio a ambos oficiales. "En el momento en que estén disponibles, pueden pasar por lo informes." Se empujó de la silla y abrió la puerta de la oficina. "Mi asistente Jess los tendrá para ustedes." Jess sonrió hacia ellos, parándose a un lado de James.

"¿Saldrás?" preguntó, girándose hacia él.

"Tengo una reunión con Ethan Rowan, es dueño de una constructora. Es algo que anunciaré en la feria del aniversario del pueblo." Sacudió la mano sin darle real importancia. Ryder asintió despacio.

"Nosotros nos iremos, entonces." El oficial Ford se adelantó e hizo una señal a su compañero. "Tenemos que instalarnos en nuestros departamentos." Asintió hacia Ryder. "Señor Evans, un placer conocerlo."

"Ryder está bien," dijo estrechando la mano del oficial. "Digo lo mismo. Es agradable saber que alguien está al tanto de todos los residentes." Cuando los dos se fueron, Ryder miró fijamente a James. Jess miró entre ambos antes de dar un paso atrás y volver a su escritorio. James cerró la puerta y regresó a su escritorio. "¿Por qué solo me llamaste a mí? Hay una plenitud de shifters por ahí."

James se encogió de hombros. "Pensé que sería más sencillo. Tú pareces llevarte bien con todos, creí que podrías pasar el mensaje por mi mientras estoy fuera." Tomó un grueso maletín y comenzó a revisar papeles de su escritorio. "No intento echarte, Ryder, pero realmente necesito terminar esto."

Suspirando, Ryder se dio la vuelta y salió de la oficina. Jess estaba sentada detrás del escritorio escribiendo algo en su computadora, pero aún así le dio una sonrisa a Ryder. Hizo lo mismo y continuó hasta que estuvo fuera del lugar. Revisó la hora en su reloj antes de suspirar e ir a la camioneta. 

Cuando la encendió vio a dos de los sujetos contratados por James. Estaban afuera de la alcaldía, con rostros enojados hablando entre ellos. Los observó con cuidado. Camisetas negras, pantalones de combate y no podía reconocer si lo que había en sus cinturones eran armas. Sacudió la cabeza y se negó a bajar e ir a hablar con ellos, pero podía recordar a Ian y lo que le habían hecho y la rabia comenzaba a consumirlo. Apartó la cabeza y miró al frente, hacia el jardín poco cuidado. No tenían información que dijera que ellos estaban metidos. Ellen dijo que tampoco lo estaba, Ian no podía recordarlos, y Heath no pudo reconocer a ninguno. 

Estaba en cero.

Salió del estacionamiento, dándole una última mirada a los dos sujetos, solo intentando memorizar sus rostros. Condujo sin prisas por el pueblo, deteniéndose brevemente en la cafetería para conseguir un café para sí mismo mientras esperaba fuera de la floristería. También compró bollos de miel. No lo podían culpar, quien quiera que fuese el que hacía los postres tenía las manos bendecidas. 

Mientras terminaba sus bollos, vio a un sujeto grande y calvo entrar a la floristería. Frunció el ceño y dejó la bolsa vacía a un lado. Era uno de los 'vigilantes' de James por lo que podía ver por el uniforme que cargaba. Saltó fuera del auto y cerró la puerta de golpe antes de subir los escalones y empujar la puerta del local. El fuerte aroma de las flores lo hizo frotarse la nariz. Era terriblemente fuerte.

Los ojos de su compañero se fijaron en él en el momento que entró. Ryder atrapó el gruñido para sí cuando vio la señal de ayuda de Eric. El hombre que había entrado antes se cernía sobre el mostrador mirando fijamente al otro ayudante. Eric corrió rápidamente a su lado. Ryder envolvió su brazo alrededor de su cintura y se inclinó hasta que estuvo a su altura.

"Él no me agrada."

Frunciendo el ceño, Ryder empujó a Eric hasta la esquina del lugar y caminó directamente hacia el hombre. "¿Estás buscando algo, amigo?" Se cruzó de brazos y esperó a que el hombre se girara. Los ojos del chico expresaban su alivio. Luego su vista se clavó en los ojos oscuros del hombre. Tenía una sonrisa maliciosa cuando lo miró.

"Hey." El hombre apoyó los codos sobre el mostrador. "Solo estaba visitando a mi amigo. ¿Qué tal tú?" Estirándose hacia él, el hombre le tendió la mano. "Roger."

Ryder miró fijamente su mano extendida antes de cruzarse de brazos y apretar la mandíbula. "No creo que él quiera verte."

"¿No?" Miró hacia atrás hacia el chico. Maldición, Ryder necesitaba aprenderse su nombre. El chico se encogió y miró hacia el piso. "Aw, supongo que está bien. Regresaré después." Le dio un guiño a Ryder mientras pasaba a su lado. 

Se tragó su gruñido cuando el hombre lo empujó ligeramente con su hombro. Tuvo que recordarse que su compañero seguía en el lugar. Lo observó hasta que salió de la floristería. Eric se apresuró a su lado, envolviendo su brazo con las manos. "Llegaste justo en el momento perfecto," Eric dijo antes de irse al lado del otro chico. "¿Estás bien?" Frotó la espalda de chico, con una expresión de angustia.

Ryder se acercó un poco hacia ellos. Si el otro tipo lo había intimidado, no quería también lucir tan aterrador para él. Se forzó a relajar el rostro y verse un poco más amigable, también intentó lucir más pequeño, parándose a una distancia segura para él.

"Es la segunda vez que viene aquí esta semana," el chico murmuró, todavía mantenía la cabeza gacha y sacudía la cabeza sin energía. 

"¿Te está molestando?" preguntó con suavidad. El chico levantó la cabeza y parpadeó hacia él. "Mi nombre es Ryder."

"Jaden," murmuró. "Te conozco, o no. Pero Eric habla todo el día sobre ti y casi parecer ser lo mismo." Sonrojándose, Eric el dio un golpe en el brazo a Jaden. Sonriendo, Jaden se paró derecho y salió de detrás del mostrador. "No me intimida, me hace... sentir incómodo."

"Puedo dejar a alguien echando un ojo al lugar, si eso está bien."

"No puedo hacer eso," Jaden negó. "Estaré bien, solo tengo que seguir ignorándolo."

Ryder apretó los labios y no siguió presionando. Sintió una mano en su espalda baja y miró a Eric. Su compañero tenía una amplia sonrisa mientras lo veía fijamente. "Mi caballero de brillante armadura."

"Ya es hora de cerrar," Jaden dijo, inclinándose para tomar un par de tijeras del piso. "Puedes irte primero." Pasó a su lado y sonrió.

Ryder se giró hacia él. "Esperaré a que termines." Eric asintió a su lado, apoyando la cabeza en su hombro. "Estaré afuera." 

Salió del local, sintiendo un ligero cosquilleo en el área de su espalda donde Eric tocó. Su celo había terminado, hacía dos noches y él no había mencionado nada al respecto, pero creía que Eric ya lo sabía, o al menos lo sospechaba. Se apoyó contra la camioneta y suspiró. Había hecho una promesa, pero, ¿qué si las cosas salían mal? No habría un paso atrás, estarían atados para siempre, hasta el final. Los problemas que venían tras de sí, irían tras su compañero también. ¿Estaba dispuesto a ponerlo en tal posición?

Los dos salieron un momento después. Jaden cerró las puertas con seguro y se adelantó justo cuando un sedán viejo se detuvo frente a la floristería. Sacudió la mano hacia ellos. "Nos vemos luego, chicos."

"Adiós," murmuró, mirando al viejo auto moverse con un sonido extraño. 

Eric suspiró antes de girarse hacia él. "¿Cómo te sientes hoy?" preguntó, dando la vuelta para entrar a la camioneta. 

Ryder miró el camino fijamente por un momento antes de subir, estaba considerando su respuesta. "Estoy bien. Todo se siente... normal ahora." Salió del estacionamiento y condujo hacia Frank's. Tenía algo por la comida de ahí, era solo demasiado buena para contenerse. Miró por el rabillo del ojo a su compañero. "¿Qué tal el trabajo?"

"Hubo una gran cantidad de personas allí hoy, por lo que fue grandioso." Eric carraspeó. "Entonces, tu celo terminó."

"Mhm."

"Genial." Su tono había bajado un poco, sonando rasposo y lento. Ryder se aferró al volante y continuó conduciendo en silencio. "¿Iremos por comida antes? Ah, sí. Estoy muriendo de hambre. Apenas tuve tiempo de pasar por algo rápido para mí y para Jaden."

"Los chicos están en la ronda nocturna hoy, Heath y Chase están en la casa de los padres de Chase. También conseguiré algo de comida para Theo."

Eric no dijo nada más hasta que llegaron a Frank's y ordenaron sus comidas. Eric tenía una mirada pensativa, con su vista hacia afuera de la ventana. Ryder lo observó en silencio. Le había crecido un poco el cabello, y se veía aún más desastroso que de costumbre, pero suave y lindo. Comieron en silencio, lo que de alguna manera logró ponerlo incómodo. Eric no era del tipo callado y silencioso en ningún aspecto, pero pasó todo el rato sin decir una palabra.

Incluso cuando estuvieron de camino a casa, Eric solo se recostó a la ventana y cerró los ojos. Ryder no sabía qué le molestaba, pero estaba molesto con ganas de llegar a casa y entrar a su habitación. Estacionó afuera y salió de un salto. Eric también bajó, poniendo una mano sobre su boca mientras bostezaba. "Estoy cansado," dijo, caminando detrás de él, esperando mientras Ryder abría la puerta. "Me sentaría bien cambiar, en realidad."

"¿No has cambiado desde-?"

"Sí," dijo, siguiéndolo hasta la cocina. Se quedó a un lado. "Supongo que generé algún tipo de temor por ello."

"Puedo acompañarte," dijo mientras ponía la bandeja de comida en el refrigerador para Theo. Cuando se inclinó miró hacia Eric. "Hay cazadores todavía por ahí."

El chico tenía una sonrisa amplia y los brazos cruzados. "Está bien. Iré a cambiarme de ropa antes." Se giró hacia las escaleras, miró por encima de su hombro y luego corrió todo el camino hacia arriba. 

Ryder se rascó la cabeza, sin entender. Encogiéndose de hombros fue hacia la sala. Theo estaba casi completamente hundido en la esquina de uno de los sofás, con un grueso libro en las manos. "Hey, traje algo de comida para ti."

"Oh, sí. Muchas gracias." Theo sonrió y se sentó derecho, bajando el libro. Se frotó los ojos con las palmas de las manos. "Perdí la noción del tiempo por completo."

"¿Qué lees?"

Su sobrino bajó la cabeza hacia el libro, hubo una ligera sombra de color en sus mejillas. "Estaba hablando con Chase el otro día, y me dio curiosidad saber qué hace, así que tomé un libro y comencé a leer sobre ello."

"¿Has pensado en terminar tus estudios? Clair dijo que completaste dos años en diseño. Ya sabes, si estás interesado en ello, solo avísame. Puedes conseguir clases en línea o ir a Wild River."

Theo hizo un puchero. "No estoy seguro todavía. ¿Puedo pensarlo primero?"

"Por supuesto." Sonrió suavemente hacia él. "No deberías dejar que la comida se enfríe tanto."

"Es cierto. Gracias, tío."

El chico saltó fuera del sofá hasta que estuvo de pie y fue hacia la cocina. Ryder cerró los ojos por un momento, dejándose caer sobre uno de los sofás, solamente descansado un poco. Había pasado los dos últimos días yendo con las otras manadas, reuniéndose con algunos de los shifters residentes para ponerlos al tanto de lo que estaba sucediendo en los bosques. Pero no había conseguido entrar al territorio de los zorros. Los que protegían la entrada hacia sus casas, dijeron que fue una orden del alfa. Entonces no había nada que pudiera hacer.

Un momento después, Eric bajó, vistiendo un pantalón elástico de deporte y una camiseta ancha. Ryder suspiró y se puso de pie. ¿Alguna vez conseguiría que Eric dejara de usar su ropa? Por otro lado, ¿realmente le molestaba?

Eric habló por un momento con Theo, quien comía en la cocina. "Buena suerte," Theo dijo.

Cabeceó hacia él y siguió a Eric hacia afuera. Eran apenas cerca de las siete de la noche, pero estaba tan oscuro como si fuera media noche. Eric chocó hombros con él. "¿También cambiarás?"

"No. Estaré cerca, de cualquier manera, manteniendo un ojo alrededor."

Se acercaron al borde del bosque, siguiendo el camino que la luna iluminaba. Ryder levantó la cabeza al escuchar el aullido de un lobo, probablemente un miembro de la manada de Jeremy. Eric se estiró un poco, frotando las manos juntas cuando llegaron a un claro. Inhaló profundamente, pero todo era tranquilo, un poco silencioso, pero sin intrusos.

Su cabeza giró con tanta fuerza que sintió un ligero tirón cuando Eric se sacó la camiseta y se la tendió. Ryder la tomó, apretándola tan fuerte que sus nudillos estaban blancos. Eric se inclinó y sacó el pantalón y la ropa interior, girándose levemente para entregársela también. Tenía la piel sonrojada, incluso sus brazos y orejas. Miró a Ryder a los ojos dando un paso atrás, frotándose los brazos. Intentó que sus ojos no fueran más allá de su rostro, pero no tenía tanto autocontrol. Revisó a su compañero completamente, aferrándose a la ropa en sus brazos para no ir por él. Eric le dio una suave sonrisa antes de darle la espalda. 

"No creo tardar tanto," dijo, mirando alrededor. Si no cambiaba en los siguientes veinte segundos, Ryder no iba a poder contenerse. Miró su suave trasero, firme y lindo y la bonita curva de sus caderas. Era realmente lindo. Justo cuando dio un paso más cerca, Eric cambió.

Ryder gruñó. 

El ciervo le dio una mirada fija, que parecía ser divertida antes de que saltara un poco, sacudiendo la cabeza y sus cortos cuernos. Se estaba luciendo, mostrándose hacia Ryder, tan pomposo. Sonrió mirándolo dar vueltas y arrastrar la nariz sobre la hierba. Jamás había estado tan cerca de uno, y debía admitir que era hermoso, elegante a su modo.

Eric soltó un suave resoplido y se movió más allá del claro, mirando hacia él, como si estuviera esperándolo. 

Ryder lo siguió, disfrutando de la tranquilidad de la noche y la compañía.

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