— ¿Quieres que te lleve?
Quería llevarla en brazos sin preguntarle, pero sabía que todavía estaba entumecida por los días de inconsciencia y dar al menos unos pasos hasta la habitación le sentaría bien a la circulación de su sangre. La respuesta fue exactamente la que esperaba.
— No, cielo. Solo ayúdame a llegar sin darle un besit