Vio el mar allá abajo y el corazón se le hizo un nudo, las lágrimas no dejaban de bajar por sus mejillas y sintió que ya no importaba. Hacía más de dos meses había logrado sobrevivir a una experiencia de la que pocos hubieras salido con vida. Había soportado cuatro días con sus noches en el mar porque tenía algo por lo que vivir, alguien a quien regresar… y ese alguien ya no estaba.
— ¿De verdad creíste que alguien como tú iba a ser capaz de quitarme todo lo que era mío?