Era una locura, una completa locura, Axel, camino fuera de la oficina y camino directamente hacia el jardín
Él conocía perfectamente aquel camino, aunque estaba seguro de que su madre creía que no, pero él sabía perfectamente
Que, pasando el cobertizo, había un lugar, uno que su madre usaba para pintar y para hacer sus reuniones secretaras con Sofía
Aquellas de las que no necesitaba ser escuchadas, aquellas en donde planeaba las locuras más absurdas del mundo
Como estaba seguro de que lo estarían haciendo en aquel momento, estaba tan seguro que cuando escucho las palabras de Kristen
No se sorprendió en lo absoluto, ya lo había imaginado, las locuras más grandes del mundo
—Si le colocamos veneno en la comida, no importará esa perra, se morirá en cuanto toque mi casa…
—Kris, no es la manera
—¿Entonces tienes una mejor idea? Mi bebé no va a soportar esto, ella… Ella, puede, no quiero ni imaginar lo que puede pasarle, no voy a permitirlo, no lo voy a hacer, ya la perdí, una vez, no quiero