Entre tanto Kendra y su madre ya habían planeado todo un show, para manipular una vez más a Aitor y dejar a Aby como culpable.
—No contesta el teléfono —rebatió Fresia iracunda caminando de un lado a otro por la habitación del hospital.
—¿Crees que haya ido a verla? —cuestionó sintiendo un temblor en el cuerpo—, si Aby le cuenta sobre ese mocoso, nos va a descubrir, sabrá que ella no mintió, y no se va a casar conmigo, no podemos permitirlo mamá.
—Claro que no, pero lo que más me preocupa es que Robert la busque, y hablen, recuerda que cambió el testamento, nuestros planes de quedarnos con la fortuna de ese anciano y la de Aitor se vendrían abajo, no lo podemos permitir, debes embarazarte, ya.
—Aitor ni me toca, y no creas que no lo he intentado, pero le soy indiferente, llega y se acuesta a mi lado, se duerme y ya.
—Pues debemos encontrar la manera, si no es con él, será con otro, pero tienes que hacerlo ya, no podemos seguir fingiendo.
—O quizás…—Elevó una ceja—, tengo ot