Como Manuel no se oponía, Mateo pensó en atraer a Alvaro a su bando. Mientras más personas se opusieran, más éxito tendría. Pero nunca esperó que Alvaro también estuviera de acuerdo.
A Mateo solo le quedaba Javier, pero justo cuando estaba a punto de hablar, escuchó a Javier decir fríamente:
—Si quieres oponerte, hazlo, pero no cuentes conmigo.
Mateo: ¿Qué?
Bien, ¿qué tal si lo borramos del registro familiar?
Al final, Mateo solo pudo decir con resentimiento:
—Cuando llegue mi hermano mayor, le hablaré sobre todos ustedes traidores.
—Puedes estar tranquilo, a mi hermano mayor le encanta mucho Bolita. Solo tú eres el traidor aquí.
Mateo no sabía qué decir.
Noa preguntó curiosa:
—¿Cuánto tiempo falta para que llegue el hermano mayor?
—Su vuelo se retrasó un poco. Se espera que llegue mañana por la mañana.
Noa asintió:
—Entonces me quedaré aquí de guardia esta noche.
Tan pronto como terminó de hablar, los otros hermanos mostraron gestos de desacuerdo.
—¿Qué está diciendo Bolita? ¿Qué nece