Narra Malory
La actitud de Robert me sorprende, entiendo lo de la muerte de su padre y esa tristeza no puedo quitársela de la noche a la mañana, hasta comprendo el hecho de querer continuar con el proyecto porque amaba a su padre y quiere honrar su memoria; pero esta vez algo no estaba bien, verlo así por lo de la misteriosa mujer fue algo que nunca había visto. Llegué a creer en algunas razones, como pensar que lo han rechazado o que no existe.
—Señora Malory, lamento interrumpirla. Su hijo ha llegado —dice María asomándose en mi despacho de lectura.
—Por favor, dile que pase.
Robert toca la puerta y la abre sin esperar que lo invite a pasar, ese era un hábito de su padre que el siempre odiaba.
—Mamá, ¿Cómo estás?
—Bien, estoy leyendo algunos libros que me había recomendado tu padre hace mucho y que me había negado a leer. Ahora he sacado el espacio para descubrir que realmente son maravillosos.
—Quizás deba llevarme unos para leerlo en casa.
—Claro que sí —respondo cerrando mi libro