El salón de la reunión era mucho más grande que donde estaba el trono. En esta habitación había una enorme mesa rectangular con al menos 50 sillas. Todas ellas para recibir al consejo, miembros importantes e incluso visitantes con influencia en el reino.
Había pasado tiempo desde que estuvo llena por última vez, ahora solo estaban ocupados menos de la mitad de estos asientos.
En la cabecera y como debía ser, estaba Agusto sentado en su silla especial. Desde ahí podía ver a todos los reunidos con interés particular por sus
miembros más recientes que estaban en el extremo más alejado de ahí.
En los demás lugares estaban los ricos y poderosos del reino esperando una explicación del motivo para aquella reunión.
—Buenas tardes a todos. Me da mucho gusto volver a verlos y que estén sanos y salvos.—Agusto no demoró en hablar.—Como han visto, mi familia decidió declarar la guerra abiertamente. Anteriormente lo hicieron provocando conflictos con otros reinos e incluso contratando mercenarios