Cathy se mordió el labio con fuerza, mientras abría los ojos obstinadamente y se obligaba a contener las lágrimas.
"No me alejes. Mientras puedas mantenerme a tu lado, haré lo que quieras que haga. Haré lo que pueda".
"Ja", se burló Felipe. "¿Tanto te gusto? ¿Tanto como para no tener autoestima y amor propio?".
"No solo me gustas". Cathy lo miró a los ojos, fijamente.
Sin embargo, Felipe la rechazó. La apartó de un empujón, sin mirarla siquiera de reojo.
"Vete. Ve a la entrada y reflexiona si lo has dado todo, al cumplir mis órdenes".
Cathy se quedó un poco extrañada, al escuchar sus palabras. Afuera nevaba y la temperatura era gélida.
Ella no podría soportar ese frío.
"¿No vas?", le instó Felipe.
Cathy apretó los puños y decidió no volver a correr ese riesgo.
Lo había perdido una vez y no podía volver a perderlo.
"Yo...Yo no quiero ir". Se negó, desafiando sus órdenes, por primera vez.
Felipe también se sorprendió. "¿Qué acabas de decir?".
"He dicho que no quiero ir. Hace