Capítulo 66: El amor continúa.
—¿Un momento tranquilo? —replicó la Reina ante su esposo—. ¿Y crees que eso te da derecho a ignorarme? Soy su madre, Bertrand. ¡No puedes tomar estas decisiones solo!, tengo que saber todo de Brendel.
Los dos comenzaron a discutir, sus voces elevándose mientras el pequeño príncipe, que estaba cerca de la orilla, balbuceaba felizmente jugando con unas pequeñas ramas.
Serenia cruzó los brazos, furiosa, mientras Bertrand intentaba justificarse.
—¡No me distraigas más, Serenia!, hablaremos más tarde. Te hubiese invitado pero últimamente no dejabas de decir que tu agenda estaba llena, ¿olvidas todas las cenas que no dejabas de hablar del trabajo y esto y lo otro?, aunque vivimos juntos y dormimos en la misma habitación, ni siquiera te veo ¡Y ERES MI REINA!… —se quejó él, finalmente dejando salir su furia—. Me encanta que seas muy competente, en serio, eso me gusta mucho de ti… Pero no sabes ponerte límites, y tampoco quiero hacerte sentir "que te limito" como antes me decías que te