Ahí en medio de la frialdad que los rodeaba, Ixtlie observó cómo los ojos de Malcolm comenzaban a descongelarse.

Ella que relame los labios y continúa:

— He estado siglos en busca de ti, tratando de encontrar la forma correcta para acercarme, para hacerte escucharme, para volverte una criatura feliz…

En ese momento Malcolm comienza a gruñir pero de forma imprevisible comienza a acercarse de forma pausada y torpe, como si parte de su cuerpo quisiera acercarse y la otra parte detenerlo.

Justo cuando alcanza a estar a menos de medio metro de distancia, el sonido abrumador del estruendo de un cañón asusta a Malcolm provocando que él se ponga en pose de ataque.

Aunque para este punto ella solo abre los ojos y los labios, de ellos brota sangre de forma desmesurada.

A pesar del frío que la rodeaba había comenzado a sentirse caliente, la calidez que se sentía justo antes de partir de la realidad, porque el estruendo del cañón había dado de lleno en su espalda reventando cada uno de sus órgano