Akira
Una semana despuésLlamada telefónica:—¿Me estás diciendo que se mudó?— pregunté a mi empleado.—Sí, señor.—¿Con qué intenciones?—No sé, Sr. Akira.—Envíame su nueva dirección.—Entendido — colgué la llamada.—¿Dónde está el bebé, Hisa?—Está durmiendo en su cuna.—En unas semanas tengo que viajar de vuelta, necesito que te quedes aquí cuidando del bebé.—¿Qué vas hacer?—Tengo unos asuntos que atender.—Esta bien, no me dejes sola por mucho tiempo.—No lo haré, no te preocupes.LisaHa pasado una semana