Akira me trajo del hospital a la casa, ha estado al pendiente de todo. Me acostó en la cama y se sentó a mi lado.
—Espero te quedes aquí acostada, no quiero que te levantes hasta que te sientas mejor. Tu cuerpo aún está algo débil y no quiero que te vaya a suceder algo. Espero me escuches y hagas caso, lisa.—No te preocupes, Akira.—Si me preocupo, tonta. Quiero que te relajes y duermas, lo necesitas. Mandaré a Jefferson a que se quede contigo, ¿Está bien?—Esta bien, mi amor— Akira me besó.—Mas tarde regreso, corderito — salió de la habitación. Me preocupa un poco lo que esta pasando por su cabeza en este momento.Akira—Jefferson, ¿ha pasado algo?—No, mandé a rebuscar a todos, pero no encontramos nada.