Al día siguiente
Ha sido toda una odisea que me dejara venir a trabajar. Como ayer, me ha traído a la empresa y me ha dejado a unos pocos metros del edificio para evitar que Raúl lo viera.
Entro al edificio, saludo a todos en el camino y rápidamente subo al elevador para ir hacia mi oficina,las puertas están a punto de cerrarse cuando una mano intercede provocando que vuelvan a abrirse. Sonrió al ver que es Alejandro quien entra al ascensor –buenos días Sienna, ¿cómo te encuentras? — me pregunta y saluda con dos besos.
<