He intentado entrar en absoluto silencio a la casa, pero ni mis mejores esfuerzos han sido suficientes cuando al entrar me encuentro a mi padre sentado en la sala mirando televisión —Hija, ¿dónde has estado? — pregunta al verme y entrecierra sus ojos –te has bronceado... ¿estabas en la playa? — continúa indagando.
Me acerco a él, le saludo rápidamente y sonrió –sí papá, estaba en la playa con algunas amigas y me he bronceado más de la cuenta. — miento y pongo mi mejor cara de póker —iré a ducharme y luego a dormir; estoy muerta. — me invento.