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Capitulo 4: (Carente) Vida Cotidiana (Asimilada)

A Sirio 0032.1+1808 no solo le resultaba chistoso tener que alimentarse y encima después evacuar esas cosas en otro estado, sino que a esta lista también podría agregarse el hecho de tener que dormir. Era tan tonto que llegaba a ser gracioso, a pesar de comer el cuerpo se agota de todas formas y debe reposar, pero cuando acaba esta tarea uno esta tan cómodo en la cama que no quiere levantarse. Es algo tan contradictorio.

     De todas formas le resultó muy placentero ese trabajo de tener que estirarse para despertar a las extremidades por lo que lo volvió a hacer, solo que en esta ocasión apenas pudo levantar ambos pies cuando soltó un grito.  El dolor también era otra cosa extraña, cuando lo sentía lo único que quería era dejar de hacerlo y por ese motivo sus piernas no se levantaron mucho.

     En cambio, intentó hacerlo con los brazos, los levantó un poco y los pectorales empezaron a dolerle mucho también por lo que se detuvo <No comprendo> se dijo la entidad a sí misma. Realizar el más mínimo movimiento le provocaba un punzante dolor, no era extremo pero si molesto, le limitaría hacer muchas cosas. –No tiene sentido.

     Fue entonces que su reflejo comenzó a hablarle desde una de las barras de metal blancas a su lado, la conciencia original del cuerpo parecía estar feliz. –Que sorpresa, eso significa que el entrenamiento hizo efecto. Pensé que no llegaría a quemar los músculos con la rutina.

     –Claro, esto tiene que ser una jugarreta tuya –le recriminó el usuario del cuerpo–. Lamento decirte que tampoco servirá de nada.

     –En realidad ese no es el caso. –A Sirio le pareció extraño que Lautaro le fuera sincero, podía sentir dentro de su cerebro que sí lo era–. Así que deja de llorar y levántate, hay que buscar el celular que debe estar enterrado en el cadáver.

     El usuario del cuerpo movió su cabeza de un lado a otro con un gesto de sufrimiento. –No, no, no. Me duele moverme. –Su problema era tal que ni siquiera la antena de carne estaba parada entre sus piernas. De seguro no tenía energías, aunque le parecía extraño porque no la había ejercitado.

     –La mamá va a sospechar si seguimos sin tenerlo.

     –Podrías haberme dicho que se lo sacara antes de que lo enterrara.

     –No se me pasó por la mente, estaba más ocupado pensando en que ¡Me acababan de robar el cuerpo! Imbécil.

     Sirio chasqueó la lengua y en contra de las señales que le daba el cuerpo se vio obligado a levantarse, impulsarse con los brazos para arriba, detenerse antes de golpear su cabeza con la cama de arriba y girar a un costado para sentarse en el colchón. Con cada una de esas simples acciones los músculos de sus piernas, brazos y demás le decían que se detuviera y a eso él lo hacía saber en voz alta.

     Cada acción que realizaba venia acompañada de un. –Auch, auch, auch. –Eso siguió incluso cuando fue a la cocina: puso el agua a hervir en la pava eléctrica, sacó un saquito de té para colocarlo en una taza y así prosiguió–. Acepto todas las experiencias que vienen con tener un cuerpo mortal, pero esta no me está gustando. –se dijo mientras observaba por la puerta de la cocina una pala reposando contra una pared en el patio trasero.

     –Y usa tus capacidades para cambiar eso –le aconsejó el reflejo de su rostro en la taza llena de té.

     –Entonces ya no estaría viviendo la experiencia –contestó con un tono de obviedad mientras humo saliendo de la taza en su mano.

     En frente de la casa donde vive Lautaro se encuentra una pequeña plaza y a la izquierda, donde las calles son de tierra, una gran barrera de densos arboles oculta el paso a una zona tomada por la naturaleza, donde los yuyos y los insectos predominan.

     Es en este lugar donde las plantas y raíces se apoderaron de los restos de una casa, era pequeña, una construcción anterior al barrio de un lado. La pintura blanca de las paredes estaba casi totalmente caída dejando ver los ladrillos y ninguna de las cuatro paredes se encontraba completa.

     Dos paredes casi completamente caídas se unían en una esquina, recostado en ese lugar estaba oculto una ciber armadura futurista y apagada, se habían utilizado muchas ramas de árboles llenas de hojas para intentar ocultarla aunque en si el hecho de todas esas ramas tiradas en la esquina podrían llamar más la atención en vez de desviarla.

     En la tierra debajo de la armadura metálica es donde se había ocultado un secreto que ahora estaba saliendo a la luz nuevamente. –Que difícil es hacer cualquier cosa con el cuerpo en este estado –comentó el usuario del cuerpo dejando caer una pala al suelo.

     Luego de haber hecho ejercicio el día anterior ahora hacer tal fuerza como clavar una pala para excavar le provocaba un dolor punzante insoportable, esto podía notarse en el hecho de que a Sirio le costó el triple de tiempo desenterrar al cuerpo si lo comparaba con el tiempo que le llevó enterrarlo.

     Un feo olor rondaba por los alrededores de la casa en ruinas, pero con cada palada el nauseabundo aroma no hacía más que acrecentarse. Esto provocó que la nariz del cuerpo se arrugara y su boca se desfigurara, se trataba de un movimiento involuntario provocado más por la conciencia encerrada que del portador actual del cuerpo.

     –Cúbrete la nariz con algo, no se soporta el aroma. También evita tocar lo más que puedas el cuerpo.

     Sirio blanqueó los ojos e hizo caso, se levantó el cuello de la remera para taparse la nariz y se colocó dos guantes de plástico descartables que sacó de una caja en el quincho del patio del fondo. –Esta bien, pero cuando has viajado por incontables universos por decenas de milenios te acostumbras al olor de cualquier cosa.

     Cuando se encargaron del cadáver habían hecho un pozo vertical para meter parado el cuerpo, lo primero que sobresalía era la cabeza, su pelo lleno de tierra era del mismo castaño oscuro que el del cuerpo de este Lautaro. En frente de la cabeza y a la altura de sus ojos se encontraba una caja de zapatillas, esta contenía las cosas del Lautaro del cual Sirio se apoderó de su cuerpo.

     Con una expresión de molestia Sirio tomó la caja para sacarla y dejarla a un lado, acto seguido y con todo el dolor del mundo agarró las axilas del cuerpo y haciendo fuerza desde las piernas lo levantó hasta dejarlo a la altura de la cintura. Sintió un horrible ardor en todos los músculos que había ejercitado el día anterior.

     El cuerpo, como era de esperarse, se trataba de una copia totalmente idéntica del cuerpo que ahora poseía Sirio. Pero aun así tenía sus diferencias, principalmente porque el cuerpo sentado estaba muerto y se había hinchado más. Los líquidos del cadáver se habían evaporado y se formaban ampollas en la piel, además de que en ambos brazos tenía dos largas líneas verticales que empapaban los antebrazos de sangre.

     Al portador del cuerpo esto no le generaba nada, solo que si podía sentir un cierto grado de aflicción en la conciencia encerrada original del cuerpo, estaba viendo su propio cadáver al fin de cuentas. De todas formas, este sentimiento no le duró mucho y utilizó los labios del cuerpo poseído para hablar. –Revisa los bolsillos.

     Sirio 0032.1+1808 obedeció y pasó sus manos protegidas por los guantes por los bolsillos de la campera, al no obtener resultado prosiguió con los del pantalón. Fue entonces que encontró el objeto que buscaba, un pequeño rectángulo de plástico negro con un cristal de un lado.

     –Según tus recuerdos esto coincide con lo que es un celular. –También aprovechándose de esos mismos recuerdos el usurpador de cuerpos supo que hacer. Presionó uno botón a su derecha con el pulgar y la pantalla se desbloqueó mostrando la imagen del espacio exterior, también había unos números en la parte superior y varios iconos de cosas que no reconocía.

     Otra vez el usuario del cuerpo empezó a sentir extraños sentimientos generados por su cerebro, al tratarse de un miembro de la Oficina pensaba que tendría más tolerancia a estas cosas al estar acostumbrado, aunque parece que estaba equivocado.

     –El celular funciona, ya obtuvimos lo que queríamos. Ahora vuelve a enterrarlo.

     Sabiendo lo que eso significaba Sirio exhaló larga y profundamente al imaginarse el dolor que sentirían sus músculos, pero a su vez también podía sentir como a la conciencia original del cuerpo le molestaba seguir viendo el cadáver de una versión alternativa suya, o Bifurcación como los llaman en la Oficina.

     Después de meter el cuerpo de regreso al hoyo, Sirio sintió una gran tranquilidad al poder volver a enterrar esa maldita caja de zapatillas donde yacían todas las cosas del Lautaro que seguía vivo, todas esas cosas con las que se equipan los miembros de la Oficina, como un reloj, y podrían traerle consecuencias si se usaban correctamente.

     –No te sientas mal –habló el usuario del cuerpo–. ¿No estás acostumbrado a ver Bifurcaciones tuyas muertas? Eras un agente de campo de la oficina, al fin y al cabo. –Al ser roba cuerpos le pareció extraño no obtener respuesta, así que se tomó la molestia de revisar sus recuerdos–. Ya veo, no los asignan a misiones donde haya otras versiones de ustedes.

     Después de regresar a su casa y lavarse exhaustivamente las manos Sirio fue a tirarse sobre el sillón y dejó salir un largo grito, liberó toda la frustración que contenían sus músculos sumado al gran placer que sintió al poder hacerlos descansar por fin. Estos aun le quemaban y sentía como si le palpitaran incluso.

     Utilizar este dispositivo “celular” era muy similar a los Relojes Prometeus que usan los agentes de la Oficina para viajar entre universos, por lo que con ver los recuerdos de Lautaro el usuario del cuerpo se hacía una idea de cómo manejarlo. 

     La parte inferior del celular estaba conectado a un cable que a su vez se conectaba a dos agujeros rectangulares en la pared. Para desbloquearlo solo tuvo que pasar su dedo índice por el detector de huella digital y obtuvo acceso, una gran sonrisa se formó en su rostro. –Ahora voy a poder comprender mucho más sobre las cosas de este mundo.

Y él ya sabía que es lo primero que quería averiguar, con su dedo presionó un cuadrado blanco en la pantalla con una G dentro y se abrió algo llamado “G****e”. Hizo clic en el icono de un micrófono y habló–. ¿Qué es plataforma de Streaming?

     Varios resultados salieron y él los leyó. –Básicamente es tener acceso a toda la cultura de este planeta ¡No puede ser! ¿Y la progenitora dijo que nos iba a sacar dos de ellas? Eso es como negarme el acceso a la mitad de la cultura del planeta.

     Deprimido Sirio dejó caer el celular a un costado de su pierna, sentía que el cuerpo le pedía estirarse, pero conocía el dolor muscular que eso le causaría por lo que se resignó a hacerlo. –Tuvimos que buscar una Bifurcación tuya que además de suicidarse también sea millonaria.

     Después de no hacerlo por un tiempo, el usuario del cuerpo se alegró al ver que el reflejo de su rostro en la pantalla apagada del televisor le habló. –Ser millonario es un recurso patético para escritores flojos, podemos ser mejor que eso.

–Hmmm no sé a qué te refieres. –La mirada de sus ojos lentamente cayó del televisor al objeto en la mesa pequeña delante de él. Se trataba del control remoto y uno de sus botones tenía el nombre de una de las plataformas de Streaming mencionadas por la progenitora y que aparecen en la búsqueda de internet “N*****x”

     – ¿Qué haces? –quiso saber el reflejo.

–Intentó adaptarme a este planeta, pero no sé si estuve haciendo un buen trabajo, tus recuerdos no ayudan mucho la verdad. Pero ahora que puedo acceder a este N*****x aprenderé a full sobre cómo es vivir aquí.

     Presionó el botón rojo para encender el televisor, luego el segundo botón para acceder a la plataforma. Se sentía satisfactorio, tenía el acceso a toda la cultura de un planeta al simple movimiento de su mano, eso era mucho más fácil y sencillo que cuando tenía que aprender la cultura de un planeta al pasar volando cerca de su atmosfera por un corto periodo de tiempo.

     Al entrar lo primero que salió fue una gran pregunta “¿Quién está viendo?” y Sirio selecciono el cuadrado con que decía “Lautaro”. Ahora solo le quedaba seleccionar la primera serie que le salió recomendada para verla. –Esto va a tirar para rato, así que mejor me acomodo.

     En el patio trasero de la casa había un montón de ropa colgada a lo largo de una soga y también “Lautaro” sacaba los broches de cada una para cargarse la ropa en su hombro. A la par iban cayendo gotas de agua del cielo nublado.

     –Imaginé que si en este universo eran capaz de recrear la lluvia en un pequeño cuarto podrían hacerlo también en el exterior –se dijo a sí mismo mientras la velocidad y cantidad de gotas aumentaba drásticamente. Antes de que la ropa se mojara el joven se apresuró a regresar dentro de la casa.

     En el living se encontraba el televisor encendido con el capítulo de una sitcom en pausa, Sirio controlando el cuerpo de Lautaro la había pausado para sacar la ropa antes de la lluvia. Ya habían pasado cuatro días desde que empezó a aprender sobre la cultura de este planeta y sus habitantes, cuando descubrió lo que son las plataformas de Streaming el viernes; y había adquirido una enorme cantidad de conocimientos.

     Había descubierto que existían y podían vivirse muchas experiencias, aunque no las había experimentado todavía. Ese era el siguiente paso de su plan de vivir una vida mortal.

     Todo iba bien a pesar de que sentía que faltaba algo, fue entonces que volvió a observar la televisión y no se encontraba un personaje solo, sino todo un grupo con una relación estrecha. –Estos días estuve solo viendo televisión, parece que relacionarse con otros seres similares es fundamental para las experiencias.

Para su sorpresa el celular sobre el sillón empezó a vibrar al recibir un mensaje de W******p, él ya había aprendido todo respecto a estos dispositivos y su uso. Al acercarse para ver de qué se trataba se topó con una gran coincidencia, era un mensaje de esa chica Jade con una proposición que le caía como anillo al dedo.

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