86. Paz
[Valle]
El piso donde vivimos no es nada grande, incluso tiene dos habitaciones, una pequeña sala que se conecta con el comedor y la cocina que solo la separa una barra bastante grande donde ponemos todo. Dentro de nuestra habitación tenemos un pequeño balcón con una vista increíble donde él y yo podemos salir por las noches y admirar la ciudad sin embargo, en este momento siento que donde vivo es una enorme mansión.
Después del primer encuentro con Diego, donde cruzamos palabras, ya no hemos vuelto a hablarnos o él me contesta con monosílabos. A veces yo me encuentro en la sala y él en la habitación, y cuando él quiere ir a la sala, yo simplemente me cambio de sofá o de plano me voy, parece un juego cazador y cazado pero aún no se definen los papeles.
Pero todo tiene un límite y de pronto la casa empieza a hacerse tan pequeña que acabas coincidiendo en un solo lugar. Esta vez, el balcón es la arena que escogimos para intercambiar de nuevo las palabras que posiblemente nos ayudar