Christian
—Hola, Jessie —la escucho saludar, y ruedo los ojos.
El capitán del equipo se levanta para saludar a mi novia con un abrazo, y le presenta a su esposo. Amy no se sorprende, como si fuera algo de previo conocimiento para ella.
—No sabía que estabas aquí —dice él. Amy se sienta en mis piernas y la atraigo sujetando sus caderas. El mariscal borra su sonrisa cordial y abre la boca, incrédulo, creo—. ¡No me jodas!
Angelo ríe entre dientes y nos felicita, sabe que esto es nuevo. Me ayudó a escoger el regalo perfecto para Amy y tuvo que exprimir mis palabras para saber lo mínimo sobre ella y cuán serio es lo nuestro, pero nunca supo de quien se trataba, y me agrada que no le dijera nada a su esposo sobre yo teniendo pareja y qué tanto me estoy muriendo por ella.
—Si han venido por una visita social es mejor que saquen