Es mirarnos mientras que el chofer conduce y reírnos del no poder decirnos absolutamente nada. Debo mirar por el cristal e intentar disimular.
—Señorita Velázquez , ¿al paseo de las estrellas? ¿no?— Me pregunta Joaquín.
—Si por favor, tenemos unas cuantas horas libres y quiero ir pasear un poco.— Le explico, aunque la única razón es que Yannick y yo no nos podemos quedar más en ese hotel, al menos no hasta que nos relajemos un poco.
La sonrisa picara de Yannick es muy tentadora. Entiende perfectamente porque hemos salido y me mira de esa manera que me pone nerviosa —Ya... detente.— Le pido muy bajito.
Me mira encogiendo sus hombros y luego toma su móvil. Lo observo escribiendo y no puedo creer que me este ignorando de esa manera. Vuelvo mi vista al cristal cuando una notificación en mi móvil me interrumpe. Lo saco del bolsillo del blazer