_____ Háblame de mí. ¿Cuántos años tengo? ¿Quién soy? ¿De dónde nos conocemos?
Camilo sonríe. _____ Tienes 20 años, los cumpliste hace dos semanas. ___ Comenzó a decir Camilo. Isa entrecerró los ojos. Era difícil entender lo que pasaba. Se quedó callada, escuchando a Camilo. ____ Eres una chica hermosa, por fuera, como por dentro. Alegre, amorosa, la luz entre tanta oscuridad. ____ Nos conocimos aquí en el barrio, tú trabajabas en el club nocturno cerca de la colonia y yo era tu enamorado secreto. Desde el primer momento en que nos vimos, tú y yo, nos enamoramos. Vivimos nuestro amor a otro nivel. ____ Quedaste embarazada, tu padre y tu hermano se negaron a dejarte venir a vivir conmigo. Hasta que mi hija naciera... _____ No sé que paso con nuestra hija, tu padre y tu hermano están muertos, tú no recuerdas nada. Mi corazón está destrozado, anhelo cada segundo para que puedas recordar un poco y decirme dónde está nuestra hija. Isa ve el dolor en los ojos de Camilo. Sintió mucha pena por el chico, se veía que amaba de verdad a esa tal Dulce, y esperaba ansioso el nacimiento de su hija. _____ Me gustaría contestar todas esas preguntas. Pero; ni yo las sé. No sé donde está tu hija. ____ Isa baja la cabeza y sus ojos se llenan de lágrimas. Ambos se abrazan por mucho tiempo. Acto seguido, Camilo, lleva a la chica a la mesa. Aunque era un departamento muy pequeño y humilde, contaba con todo lo necesario. Los colores amarillo y blanco, son los que más resaltan en las paredes. También, el olor a rosas, hacen del departamento uno de los mejores. Isa recorre la silla cerca de la mesa, toma asiento. Ve a Camilo servir los platos, pone uno delante de ella, y un poco agua de limón. Enseguida, pone su plato y toma asiento. ____ En qué trabaja, te veo preparar la comida y limpiar la cada todos los días... ____ Pregunta Isa. Camilo extiende su mano, acaricia la mejilla de la chica. ____ Trabajo de noche. Mientras tú duermes, yo salgo a trabajar. Me quedó en el día a cuidar de ti, y en ocasiones, salgo a buscar una pista de nuestra hija. ____ ¿En serio? ____ La chica preguntó con incredulidad. ___ Sí, mi amor. Haré todo lo que esté en mis manos para recuperar a nuestras hija. La chica baja la mirada no se atrevió a ver a Camilo a los ojos. Se sentía culpable de ocupar un cuerpo que no le corresponde. ____ Anda, come un poco, las enchiladas suizas son tu platillo favorito. ___ Dice Camilo. Isa miró el plato delante de ella. Nunca en toda su vida había probado un platillo como ese. ____ ¿Tienes cubiertos? Camilo se sorprende al escuchar a Isa, le señala el tenedor a su lado. ____ Sí, hay esta el tenedor. _____ No... No, me refiero a un cuchillo. ____ Sí. Voy por ellos. Enseguida, regresa y se los da a la chica. Isa comienza a comer con mucha elegancia. Algo que dejó sorprendido a Camilo. Jamás había visto a Dulce comer así. ____ ¿Dónde aprendiste a comer tan finamente? ____ El chico no puedo evitar preguntarle a su mujer. Isa deja los cubiertos a un lado y se limpia la boca. Ve a Camilo a los ojos, no importa lo que diga, nadie le va a creer que fue a las mejores escuelas del mundo. Que fue educada para ser toda una dama de la alta sociedad. _____ No sé donde aprendo. Quizás un día lo vi en un tutorial. Isa desvía su mirada, termina de comer y recoge los platos... Camilo por su parte, no hizo más preguntas. Al llegar la noche, el chico estuvo investigando cosas, quería saber porque razón su mujer se portaba tan extraña. Mientras tanto. Después de varias semanas, Dulce apenas comienza a despertar. Ya no se encontraba internada en la clínica, fue llevada a la mansión de su padre, tenía enfermeras las 24 horas del día, el mejor de los médicos estaba a su disposición. Al abrir los ojos; notó todo extraño, las paredes de la habitación, tenían un color neutro. Su cuerpo estaba conectado a unos aparatos, pero no estaba en ningún hospital. Lo podía saber por el aroma. ____ ¿Dónde estoy? ___ La enfermera a su lado se acerca a ella. ____ Señorita del Monte, me alegra que haya despertado. Llamaré al médico. "¿Señorita del Monte?" Dulce estaba confundida por como la llama la enfermera. Por instinto, lleva sus manos a su vientre. Nota que no hay nada ahí; su vientre está plano. ____ Quiero ver a mi hija. ___ Dulce pierde el control de sus emociones, quería conocer a su hija. La niña que por nueve meses cargó en su vientre. ___ ¡Quiero ver a mi hija! ____ ¡Quiero ver a mi hija! Las enfermeras intercambiaron miradas. No entendía a cuál hija quería ver Isa. Ella jamás a estado, embarazada. ____ Señorita, usted jamás a estado, embarazada. No, tiene ninguna hija. Dulce recordó lo que escuchó antes de dar a luz. "Señora, ya le dije que mi hermana no tarda en dar a luz, la niña vale Oro, se la voy a entregar en cuando nazca" ____ ¡Quiero a mi hija! ____ ¡A mi hija! ____ Dulce se volvió loca, intenta levantarse de la cama, pero cae al suelo. Sus piernas no le responden como deberían. La chica se arrastra un poco, sin embargo, es detenida por las enfermeras. Le inyectan un calmante, y la regresan a la cama. A la mañana siguiente. Dulce volvió a despertar, a su lado estaba Dante, sostenía su mano con fuerza. ____ Mi amor, me contaron lo que pasó. ___ Dante acaricia un mechón de cabello de Dulce. _____ ¿Quién eres tú? ___ La chica aleja la mano de Dante. Eso hace que Dante observe a su esposa. Nota confusión en la mirada de la chica. ____ ¿En verdad no te acuerdas de mí? Soy Dante, tu esposo. ____ ¿Mi esposo? Yo no tengo esposo... Dante apretó sus dientes, tenía la sensación de que la chica no mentía, pero, por qué, lo rechazaba tan rotundamente. ____ Isa, Perdóname. Te juro que lo que escuchaste no es así. Dame la oportunidad de explicarte. ___ Dice Dante.