Cuentas claras
― ¿Cómo se supone que llevaremos esto adelante si ni siquiera se el motivo por el cual usted me odia?
Eva planteó aquella pregunta dejando de lado cualquier miedo o impedimento.
Era cierto que ella se había quedado impresionada por el despliegue de atenciones que Logan había tenido a la hora de servirle aquel almuerzo, pero ella estaba demasiado enfocada en saldar sus dudas.
― ¿De verdad no piensa dejarme disfrutar lo que preparé? ―Logan se mostraba equilibrado; hasta ese punto había mantenido a raya sus impulsos egoístas y de venganza, pero las reacciones impetuosas de Eva no dejaban de ocasionarle conflicto.
―Lo siento, ya le agradecí por todo esto y le dije que me ha impresionado que un sujeto como usted pueda cocinar así de bien…
― ¿Un sujeto como yo? ¿A qué se refiere?
―Ya sabe… altanero, reacio, mandón.
―De verdad que no sé a qué se refiere ―le dijo Logan dando a entender que todo aquello que Eva le decía escapaba de su comprensión.
Eva se mentalizó en dejar ese