***Nota del autor: En este capítulo surgen algunos personajes nuevos. Su importancia para la historia se hará evidente relativamente pronto.***
(Punto de vista del Dr. Jay Hyder)
Me encuentro en el maletero de un coche. Tengo los ojos vendados, las manos esposadas y los tobillos encadenados. Las esposas y las cadenas son de plata, lo que me impide moverme o comunicarme con mi lobo. También me están quemando la piel.
No sé cuánto tiempo llevo en el maletero. Me metieron aquí mientras dormía o estaba inconsciente. Por el olor de mi aliento, sospecho que alguien me drogó con acónito antes de acostarme anoche. El acónito es letal para los lobos en dosis altas y puede actuar como un fuerte sedante en los más pequeños.
Me doy cuenta de que estamos conduciendo hacia alguna parte y llevamos ya un buen tiempo. Según mis cálculos, llevamos en la carretera al menos 4 o 5 horas desde que me desperté.
No tengo miedo. Ni siquiera un poco. Dada mi carrera anterior, he recibido formación sobre có