El fin de semana lo había sido todo, jamás me había sentido de esa manera como me sentí a su lado.
Maneje directamente a la oficina, el día de ayer había comprado un traje si bien no era de la marca de la que siempre usaba a Riley le había gustado como me veía así que terminé comprándolo.
Una vez que llegue estacione en mi puesto de siempre.
- Buenos días señor- Me saludo el empleado de seguridad.
- Buen día - Le salude de regreso.
Seguí caminando hasta el ascensor lo llamé y no tardo en abrir sus puertas, pulse el último botón el cual era el último piso en donde se encontraba mi oficina y la sala de juntas.
Es bueno ser el jefe.
Mientras la música del ascensor sonaba recordé lo que había sucedido aquella mañana antes de irme.
-No te vayas- pidió mientras trataba