Capítulo 6: Estar en problemas

Días después

Narrador Omnipresente 

La noticia había causado un gran caos en la empresa, al punto que había pasado ocho días y aún seguía Alessandro Delacroix en la mira de los periodistas y eso, era gracias a su ahora exesposa, quien había comunicado en una rueda de prensa su separación oficial de Alessandro.

Una rueda de prensa que causó que las acciones bajarán y la empresa cayera drásticamente ante la disolución de la asociación de los Delacroix con los Hiraldo. Algo que, sin duda, había sorprendido a muchos. Pero lo que más les sorprendía, era que Bill Delacroix había regresado a la presidencia para asumirla con su hijo. 

Muchos creyeron que la presidencia de Alessandro terminaría y solo quedarían rumores de él. Pero Alessandro supo convencer a su padre para quedarse en la empresa trabajando en la misma oficina para aprender de su padre. La única condición de Bill Delacroix para su hijo, fue hacerse el tratamiento de fertilidad completo. 

Algo que ni le agradaba mucho a Alessandro aceptar. Pero era eso o perder la empresa y era algo que no podía hacer ahora. Todos estaban trabajando duro, más Alessandro que trabajaba y se iba a hacer los exámenes y tratamientos que los doctores creían convenientes para recuperar su fertilidad. Cuando la probabilidad de tener un hijo para Alessandro estaba en el treinta por ciento si se hacía todos los tratamientos.

Lo que básicamente, lo dejaba en un muy bajo porcentaje si decidía no hacerlo. Lo cual, no era una opción, como tampoco conseguir otra esposa. Kim había tenido que interrumpir una de sus tantas discusiones, porque Bill le exigía conocer nuevas mujeres y Alessandro, se negaba a tener siquiera un encuentro casual con alguna de sus conquistas, porque todas le preguntaban sobre su fertilidad. 

Así que, había dejado de frecuentar mujeres y solo pensar en el hecho de casarse, le causaba arcadas al recordar como terminó su matrimonio. Los Hiraldo, no sólo había aceptado el divorcio que Yocelyn manifestó, sino que, mandaron los papeles a la empresa con un abogado que aseguró, las pocas ganas que los Hiraldo tenían para verlos.

La firma del divorcio fue sin problema. Había sido como un contrato enviado del exterior que escaneas, firmas y envías, para que el otro lo firme y con ello, entregarte una copia de las partes unidas en la sociedad. 

Pero en este caso, era la finalización del convenio matrimonial que habían pactado y con ello, se había ido todo interés por fraternizar. Por lo que, desde aquella discusión en la clínica de fertilidad, Alessandro sólo vio a Yocelyn en los artículos que plasmaba sus entrevistas. 

El divorcio había sido rápido, un día después que todo se supo, le llegaron los documentos, por lo que, Alessandro, el infértil Delacroix, como lo han apodado, es un hombre nuevamente soltero. Pero poco le importaba como le llamaban, cuando él estaba demasiado ocupado para prestarle atención a como le decían.

Agotado, salió de la oficina en la que se encontraba solo y pasó por el puesto de trabajo de Kim, donde había un termo con café y un compartimiento de comida que Kim había dejado para él. Desde que su padre trabajaba allí, Kim le entregaba eso a ambos y cuando Alessandro quedaba solo, lo dejaba sobre su escritorio porque él odiaba que lo molestaba mientras trabajaba. 

Agotado, tomó un poco de café y tomando la comida, se marchó rumbo a su tercer tratamiento de la semana. Uno que consistía en una inyección que él dudaba que serviría de algo, pero debía intentarlo. Por su padre y por él, debía hacerlo. Alessandro Delacroix, llegó a la clínica y mientras recibía el tratamiento, un doctor tocó al consultorio y después de escuchar la aprobación de su doctor, este entró 

— Doctor Silva, entraron al cuarto frío y notamos que hay varias muestras de esperma que se han dañado, por eso, vengo aquí para informarle y si usted nos permite, botar las mismas.

— ¿Ya no hay espacio para almacenar más esperma?

— No lo hay. Pero de los espermas que le hablo, llevan más de diez años aquí y la verdad, dudo que vengan a buscarlo.

— La crio preservación del semen, puede durar más de veinte años. Así que, no uses esa excusa para desechar mientras valiosas para sus dueños. Mejor, ve a administración e informa que no hay más neveras en las que guardar las muestras. — le regaña el doctor mientras termina con Alessandro. 

— ¿Es cierto eso? — pregunta Alessandro 

— ¿A qué se refiere?

— Cuando tenía quince años, congele una o dos muestra de esperma por entretenimiento. Mis amigos lo hacían como si fuera un salvavidas si algo sucedía y no podían tener hijos o si morían y querían dejar dependencia. Así que, yo…

— ¿Sabe si aún está siendo conservada? Si está en buen estado, podría usarla en una mujer para que dé a luz a su hijo. 

— ¿Puede realmente hacerse?

— Si la muestra está en buenas condiciones, no hay problema. ¿Sabe dónde está la muestra?

— Sí, cada año me descuentan dinero por conservarla. Puedo ir mañana temprano y averiguar sobre ella.

— Si la tiene, solo tendría que buscar una mujer que le alquile el vientre o una conocida que quiera ayudarlo a ser padre. Lo importante es tener la muestra de semen y el ovario que va a fecundar. Ya después de eso, solo nos queda esperar que realmente surja un embarazo. 

— Claro, mañana mismo iré a buscar mi muestra de esperma y conseguiré a la chica que me ayude con ello. Cuando tenga ambos vendré para comenzar el procedimiento. — dice levantándose de su asiento y despidiéndose del doctor para marcharse. 

¿Por qué no se me ocurrió antes? Pude haberme evitado tantas inyecciones y la insistencia de mi padre — se dice mentalmente Alessandro. 

De inmediato, se marchó a su apartamento y llamó a toda mujer que le gustaba mucho el dinero, para proponerle el alquiler de vientre y así, tener el hijo que su familia le exigía. Dos horas tardó en eso hasta que encontró a la chica perfecta: ella era de piel clara y cabello rojo, como le gustaba a él y lo mejor de todo, era de escasos recursos y por ello, necesitaba el dinero del alquiler de su vientre. Era la mujer perfecta. 

La noche pasó demasiado lento para Alessandro y cuando quiso llegar las seis de la mañana, él ya había ido a buscar a la chica y con ella, se había marchado al hospital donde se encontraba su muestra. Allí, lo atendió una ginecóloga que de inmediato, salió a buscar su nuestra de esperma y quedó sorprendida al no encontrarla.

— ¿Quién clasificó los espermas la última vez? — pregunta la ginecóloga al área encargada.

— Fue Brown. — dice la chica y ella corre a buscarlo.

Le pregunta, el chico no recuerda y les toca recurrir a las cámaras del lugar que muestran la mala clasificación del chico y como la muestra de Alessandro Delacroix, terminó en el área de desechos. Mientras Alessandro se impacientaba, la ginecóloga quería abrir un hueco en la tierra y enterrarse viva al saber que la muestra de esperma había sido desechada a la basura.

— Por favor, dime que te pareció extraño y no la botaste — suplica la doctora a Lucía Parker, la mejor amiga de Kim.

— Lo siento, doctora. Pero me guíe por la clasificación y por ello, las deseché.

— ¿Qué vamos a hacer ahora que el dueño vino con su novia para ser inseminada? Dudo que el hospital salga bien librado si se enteran de que el esperma congelado de Alessandro Delacroix fue tirado a la basura por un error de etiqueta. — dice la doctora nerviosa.

Alessandro, quien había salido del consultorio ante la demora, se detuvo cuando escucho la conversación.

— ¡¿Qué ustedes hicieron que con mi muestra?! — grita enojado Alessandro al punto que todos se asustaron. 

Es confirmado, están en serios problemas. 

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