—Creo que todos deberíamos irnos a dormir —bostezó Lily, estirándose.
Paola asintió.
—Lily, puedes llevar a Danny a una de las habitaciones.
—Claro —aceptó Lily con una sonrisa. Antes de irse, se acercó a Paola y le revolvió el cabello con cariño—. No quiero que pienses en esa bestia.
—Lo intentaré