Decir que todos estaban conmocionados hasta el borde era quedarse corto.
Dereck soltó sus brazos alrededor de Paola y miró a Lily.
—Mátame, no me importa. Aprende a controlar tu maldita ira… ¡Dios mío! —exclamó Lily, enfadada.
—Incluso si fue el empujón lo que hizo que Martha abortara, Paola no lo h