— De quién es ese bebé Margarita?!— Un muy exaltado y furioso Maximiliano grito mientras se levantaba mirando fijamente a su novio al parecer futura ex novia
— Lo siento sĂ© que querĂas un bebĂ© y yo querĂa dártelo querĂa cumplir de ese sueño asĂ que me vine a examinar— dijo envuelta en llanto.
Y luego estaba yo quiĂ©n no podĂa creer todo lo que estaba sucediendo.
HabĂa venido por un maldito chequeo rutinario solamente para saber si todo estaba bien no para tener un bebĂ© mucho menos de mi ex jefes estĂşpido.
— Estás segura que estoy embarazada?— pregunté con una calma extraña
— no estoy segura pero hay un 90% de posibilidad de que lo estĂ©, solo se confirmarĂa haciĂ©ndole un eco o una prueba de sangre.
No puedo estar embarazada
Jamás pensé en mà como madre nomás Pensé en mà cuidando de un niño no sé cómo hacerlo no sé siquiera que necesito un bebé.
Ay Dios mĂo!
no es posible que esto me estĂ© sucediendo a mĂ!!
— No crees que si me protegĂa no querĂa un bebĂ© todavĂa Margarita
— Se que si, veo como cargas a mi sobrino y serĂa un hermoso papá, piensa que aĂşn podemos tener esa familia, nuestro bebĂ© está ahà — SeñalĂł mi vientre.
— quiero que me haga el eco!— le exigĂa la doctora— Quiero saber si estoy embarazada y de estarlo quiero que me dĂ© opciones para poder abortar!— las palabras salieron tan rápido de mi boca que ni siquiera tuve tiempo de procesarlo el miedo me estaba inundando por completo pensar en que tenĂa que hacerme cargo de un niño habĂa tenido que hacerme cargo de mĂ desde muy pequeña y tenĂa miedo de hacerlo mal con otro ser humano.
No sabĂa cĂłmo hacer una mamá
No sabĂa ni siquiera que tenĂa que hacer una mamá nunca la tuve.
— Acaso estás loca!— Grito la rubia descabellada — No puedes deshacerte de mi bebé
Maximiliano me miraba sorprendido aĂşn asĂ no decĂa absolutamente nada.
— Lamento decirlo señorita Margarita que este bebé biológicamente solamente es hijo del señor Maximiliano que fue el que usted nos indicó que era el dueño del semen que nos trajo y de la señorita aquà presente no tiene nada biológico que ver con usted— Le explicó la doctora.
— por si no entendiste no tienes ni derecho ni voto sobre las malditas decisiones que yo tomé — pude ver cómo se guisaba lanzar pero Maximiliano la tomó
— qué diablos te pasa Margarita!! — Exclamó
— doctora Quiero saber si estoy embarazada ¡Hágame la prueba ahora!
La doctora asintiĂł con la cabeza mientras se levantaba de su silla.
— por favor tome asiento donde siempre y colĂłquese la bata— hizo lo que ella me pidiĂł colocándome la bata lejos de todo en el baño de siempre y luego fui a sentarme mi corazĂłn latĂa fuertemente deseaba que la doctora no hubiese nada en mi vientre pero comencĂ© a recordar los vĂłmitos los mareos las náuseas y todos aquellos sĂntomas que antes no tenĂa y que sabĂa perfectamente solĂan asociarse con las embarazadas.
No puedo estar embarazada.
Dios mĂo no puedo estar embarazada
Voy a ver cĂłmo la doctora arrimaba un poco la bata y ponĂa un lĂquido espeso en mi vientre colocaba el aparato y sentĂ como mi mundo se caĂa a pedazos cuando vĂ un manchĂłn en la pantalla
— Ese es el bebĂ©?— preguntĂ© con miedo de escuchar la respuesta aunque algo definitivamente me decĂa que era asĂ
Puedes sentir como Alexander se sentaba junto a mà lo miré por un segundo vi como miraba con los ojos brillosos aquella pantalla frente a ambos.
— Está embarazada doctora?!— Preguntó maximiliano está vez.
— Si, está embarazada
Mis ojos se cristalizaron apenas aquellas palabras salieron de su boca tenĂa una mezcla de emociones y por allá escondida estaba una pequeña felicidad de ilusiĂłn pero el miedo la tristeza pánico casi estaban a punto de tragarse la ilusiĂłn y a la felicidad.
— Cuánto tiempo tengo?
— Aproximadamente 4 semanas, aún puedes finalizar tu embarazo Alexandra si eso es lo que quieres, yo misma me encargaré de hacerlo o en su defecto de mandarte con las personas correctas.
LlevĂ© mis manos a mi vientre aĂşn lleno de aquel lĂquido.
— necesito pensarlo
— Alexandra tenemos que hablas — Dijo maximiliano— también es mi hijo
— un hijo que no querĂas y que te iban a meter tampoco lo querĂa, apenas estoy empezando mi carrera de derecho y no sĂ© quĂ© tan beneficioso sea estar embarazada en este momento Maximilian y compartir un bebĂ© con usted!
vi cĂłmo abriĂł la boca para hablar Pero sinceramente no querĂa escuchar absolutamente nada asĂ que solo me levantĂ© me dirigĂ nuevamente al baño cuando estaba a punto de quitarme la bata no pudo evitar mirarme al espejo enorme que habĂa en ese cuarto de baño me imaginĂ© con un enorme panza y feliz a punto de tener a mi bebĂ©.
Mi mente me estaba jugando en contra.
No sé qué haré no sé qué hacer contigo pequeño bebé jamás pensé que iba a poder tenerte y mucho menos con Maximiliano.
En todo el tiempo que habĂa trabajado para Ă©l, el hombre era dĂ©spota e insoportable.
No sabrĂa cĂłmo Ă©l podrĂa educar a mi hijo si decidĂa tenerlo.
Y si este es mi único oportunidad para tener un bebé?
Y ahĂ sentado en el suelo comencĂ© a llorar pensando en las opciones aquella chica loca querĂa tener al bebĂ© junto Maximiliano y estaba claro que Maximiliano querĂa tambiĂ©n tener a este bebĂ© La pregunta era yo querĂa tenerlo podrĂa darlo en adopciĂłn pero me rehĂşso a hacer lo mismo que hicieron mis padres conmigo quiero tener a mi hijo mis brazos si decido tenerlo y traerlo a este mundo no dárselo a dos personas que ni conozco.
Respire profundo tratando de calmar mi llanto limpié mis lágrimas me quité la bata y me coloqué Mi pequeño vestido una vez estuve lista salà del cuarto de baño y ahà solamente estaba Maximiliano sentado mirando sus manos jugueteando con ella y frente a él estaba la doctora ambos en silencio.
Me preguntó dónde estará la rubia loca.
— Alexandra...— susurro Maximiliano al verme
— le avisó qué decisión tomaré doctora— te dije a la doctora ignorando por completo maximiliano
No es que lo quisiera ignorar eso es lo que no sabĂa que decirlo esto era una situaciĂłn rara y muy incĂłmoda.
TendrĂamos un hijo sin siquiera tener sexo.
Salà lo más rápido que pude de aquel consultorio comencé a caminar hacia el elevador
— Alexandra por favor tenemos que hablar detente— escuchĂ© la voz de Maximiliano rápidamente me subĂ el ascensor apenas abriĂł sus puertas y comencĂ© a tocar el botĂłn para que este cerrara y antes de que pudiera decir algo más las puertas se habĂan cerrado