Capítulo 7

Aura Welsh

Todo estaba tomando sentido. Hoy planeaba darle la noticia a mis padres. También planeaba ir a lo de Liam y contarle lo que había pasado. Sentía un poco de miedo a como podían reaccionar. Era raro que tu novia dijera que iba a esperar un bebé de un desconocido, no era creíble del todo.

Me encontraba en mi casa esperando que Jade termine de alistarse, ella se había ofrecido en acompañarme. Se había vuelto una gran amiga en tan poco tiempo.

—Ya estoy lista. —dijo entrando al comedor con un vestido suelto color azul marino y un saco negro.

—Estas hermosa. —dije con una sonrisa en mis labios. —para luego agregar— Vamos. —me levanté del sillón.

—Gracias, Aura. —tomó mis manos y dijo— Todo estará bien.

—Espero que si. Gracias por acompañarme y estar para mi en estos momentos.

—Gracias a ti por nunca dejarme sola.

Salimos de la casa, nos subimos al carro y empecé a conducir directo para la casa de mis padres.

—Has tomado la mejor decisión de tu vida.

—Fue la mejor. Si esto paso fue por algo y pienso luchar por mi bebé.

Lo había pensado bien. El miedo seguía, pero de una u otra forma tenía que afrontarlo. Que mejor que no dejarme derrotar. Sabía que no iba a ser fácil, que iba a costar.

Yo no iba a ser como ella, no iba a salir corriendo a la primara oportunidad que tuviera. No podía ser como ella. No quería cometer su mismo error.

Se han preguntado del ¿Por qué no quiero ser madre? La imagen de madre en mi campo de vista no es muy buena que digamos, pero estoy dando este paso tan grande que siento desde el fondo de mi corazón que tratare y hare mi mayor esfuerzo para hacerlo.

No prometo nada.

Tendré mis caídas y mis bajadas. Quizás cuando sienta que ya no pueda mandaré todo a la m****a.

Simplemente las “Hormonas”. Se le puede culpar con facilidad.

Lo único que sabía exactamente era que lo iba a intentar.

***

Al llegar a la casa de mis padres bajamos del carro, caminamos hasta la puerta y tocamos el timbre.

A los minutos fue abierta por mi mamá.

—Pero si es mi hermosa hija y su amiga. —dijo haciéndose a un lado para dejarnos entrar. —Estaba por llamarlas para invitarlas a almorzar con nosotros.

—Ma… —tome aire.— Tengo algo importante que contarles a ti y a papá.

Ella me miró seria, sabía que se estaba preocupado así que rápidamente nos llegó que living para que tomáramos asiento.

—Iré a buscar a tú padre, ahora vuelvo.

Unos minutos después todos nos encontrábamos sentados en el living. Ellos estaban en frente mío observándome con precaución.

Decir que tenía algo importante que decir solo hizo que los preocupara aún más.

—Antes que nada, quiero que sepan que solo sucedió, no fue planeado y, sé que será difícil, pero lo intentare. —explique.

— ¿Que pasa hija? —dijo seriamente mi padre.

—Estoy…

—¿Estas que? —pregunto mí madre interrumpiéndome.

Toque mi aún plano vientre y termine mi oración.

—Estoy embarazada.

Mi madre pegó un chillido saltando del sillón.

—¡Seré abuela! —dijo saltando en el aire para luego venir hacia mí pata envolverme con sus brazos. —Te felicito mi amor.

Mi padre solo se limitaba a ver mi vientre. Ni una sola palabra había salido de él.

—¿Papá? —lo llame a lo que levanto la vista con los ojos llorosos.

— ¿No me estarás ilusionando? —pregunto levantando una ceja.

—Sabes que este tema es muy delicado para mí, no jugaría con algo así papá.

Rápidamente se aproximo hacia mi y me alzó.

—Me haces el abuelo más feliz del universo hija mía.

—Dime, ¿cómo tomo Liam la noticia? —pregunto mi madre ansiosa.

—Él no es el padre… —corrí la vista— Él padre no es Liam. —termine de pronunciar.

—Que dices hija, ¿como que él no es el padre? —esta vez pregunto mi padre.

—Solo les diré que él no es el padre. No me pregunten nada más por favor.

Ellos asistieron. Agradecía que dieran mi espacio porque simplemente no podía decirles nada de lo quería pasado en estas últimas semanas.

Luego del almuerzo y de escuchar todas las cosas que mis padres estaban planeando hacer con su nieto con Jade nos fuimos.

***

Me encontraba estacionado en la casa de mi novio.

—Jade espérame aquí. En unos minutos regresare.

—Como gustes.

Al abrir la puerta empecé a caminar hacia su habitación. El agua de la ducha se hizo presente.

《Se estaba duchado》

Al mirar hacia la mesita de luz vi su celular encenderse, estaban llamando. No se escuchaba la melodía porqué estaba en silencio.

Al tener el celular en mi mano leí el nombre de la pantalla. “Tía Claudia” por lo que atendí.

—Mi amor hace 1 hora que te estoy esperando. —guarde silencio—Bebe... ¿Estas allí? —silencio— Llevo la lencería que te gusta.

No podía creer lo que estaba escuchando.

—¿No puedes hablar por qué estas con tú noviecita?

Colgué y deje el celular sobre la mesa. Al levantar la vista él se estaba viéndome desde el marcó de la puerta.

—¿Qué haces? —pregunto caminado hacia mi.

—Tú tía Claudia lleva 1 hora esperándote.

Llevo su mano detrás de su cabeza tocándose la nuca.

—Hay algo que tengo que decirte...—pausa— Siéntate.

Tomé asiento en la esquina de la cama. Necesitaba una explicación.

—Dime.

—Hace meses que no siento lo mismo por ti. No siento ese amor de hace 2 años. —suspiro— Tenía miedo de contarte y dañarte, pero no puedo seguir ocultándote esto Aura. No quiero seguir dañándote por eso prefiero serte sincero ahora antes de que te enteres por terceras personas.

—Hubieras pensado un poco en mis sentimientos al menos, yo tampoco te quiero como antes, pero aún así no te fui infiel.

—Aura yo… —lo interrumpí.

—Tú nada Liam. Es mejor que me marche. —me levanté de la cama dejando las llaves de su casa en ella. —Te deseo lo mejor.

Si dijera que me dolió, mentiría. Hace meses dejé de sentir ese sentimiento que en algún momento fue amor por él, solo me engañaba a mi misma al igual que se engañaba él. Lo nuestro era ya una rutina. No parecía una relación, no parecía nada.

***

Al llegar a la casa estacioné el carro y bajé. Jade iba ya abriendo la puerta de la casa.

Mi celular vibro en mi bolso. Lo tomé y conteste al momento.

—Doctora, necesitamos que venga a urgencias.

—Bueno Chiara. —dije entrando corriendo a la casa por mis cosas. — Dime que sucedió.

—Dos chicos inconscientes por un accidente de tráfico. Los padres pidieron que sea usted quien los atendiera.

—Bien.

Yo iba corriendo de un lado para otro. Estaba tan sumida escuchando lo que decía Chiara que no me di cuenta que alguien me estaba mirando.

—Prepara todo, ya voy saliendo. Apenas llegue los atenderé.— corte y corrí hasta el sofá para terminar de agarrar mi maletín.

—No corras. —dijo él con su usual tono serio y malhumorado.

—No puedo no hacerlo. Estoy apurada. —fui hasta donde él se encontraba, precisamente en la entrada.

—No debes correr, no en tú estado.

—Yo que sepa estar embarazada no es algo delicado. Puedo llevar mi vida con normalmente. Ahora si me disculpas me están esperando y tú me estas haciendo perder tiempo.

—Vamos, te llevare.

—No. ¿Luego como volveré? Me iré yo sola, gracias.

—No fue una pregunta. —dijo neutro.

Seguía teniendo su mirada seria. Creo que después de lo que intenté hacer tiene un poco de miedo de que vuelva a suceder. Aunque le deje en claro que no lo haría. Tiene que confiar en mi palabra. Aunque ni yo lo haría, sinceramente.

Ahora que recuerdo no sé nada de él, solo su nombre. Y él no sabe nada de mí.

Esto no es como el típico chiche en donde salís embarazada en una noche de fiesta y sexo desenfrenado. En donde él no quiere tener hijos y vos sos la que lo busca. Él es el empresario y ella busca trabajo para poder mantener a su bebe, en donde “Por accidente” termina trabajando para él. En donde al final de cuentas terminan juntos con un final feliz.

En cambio, yo salí embarazada por ir al maldito ginecólogo con la necesidad de cuidarme con el Diu y no quedar embarazada. Y al final de cuentas salí embarazada siendo inseminada.

¿Cliché?

Ahora estaba todavía más atento. Venía a casa todos los días en las noches. Solo para ver cómo nos encontrábamos.

***

Nos fuimos hacia el hospital. Como lo había dicho. El señor malhumorado estaciono en la entrada.

Antes de bajar de su auto tomó mi mano y logró que sintiera una extraña sensación ante su toque, lo que me hizo estremecer.

—El próximo domingo quiero presentarte a alguien. —asentí. — Buenas noches, Aura.

—Buenas noches, Derek.

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