Se levantaron de prisa los agentes, junto con Josef y su abuelo, corrieron a los carros rumbo a la casa donde se estaba viviendo un gran drama. La caravana de policías acordonó el lugar, todo el barrio empezó a murmurar que algo estaba sucediendo, pues los carros de la fiscalía y el CTI comenzaron el plan candado.
Josef llegó a su casa y corrió escaleras arriba buscando a su esposa. Al entrar al cuarto principal encontró a Keidys tomando una aromática de albaca con toronjil para estabilizar su presión.
—¡Amor! ¿Estás bien?, ¿cómo te encuentras? —preguntó mientras caminaba a pasos agigantados hacia ella.
—Sí, estoy bien —contestó Keidys.
—¿Qué fue lo que viste?, ¿qué sucedió? —inquirió Josef.
—Había un carro extraño, también unos