Perspectiva de Sebastián
Los cumpleaños de la abuela son lo único rescatable de este matrimonio. Lo juro.
Por un instante, creí ver a la Scar de antes, a la que sentía temblar bajo mis manos, a la que me miraba con esos ojos llenos de vida, a la que me hablaba.
Antes me contaba hasta el mínimo detalle de su vida. Incluso una nube rara fuera de su ventana la fotografiaba y me la enviaba. Ahora solo sabe hablar de ese jodido divorcio.
No quiero divorciarme.
Hay demasiado en juego: las acciones, la imagen de la empresa, la ira de mi abuela. Nunca olvido su cara cuando supo que este matrimonio fue un chantaje de Scar. No sé cómo le lavó el cerebro, pero ahora la quiere más a ella que a mí.
Scar sigue usando a Ava para sonsacarme, diciéndome que ya puedo casarme con ella. Por eso sé que aún le importo. Ella esconde su amor por mí, pero se le nota. Antes, su amor era pura dulzura, con palabras tiernas y sonrisas.
Nunca pensé que las extrañaría.
Creí odiarla, pero la verdad es