~Scarlett~
—¿Viniste a burlarte de mí?
Todo el lugar estaba cubierto por el tenue resplandor naranja del bonito atardecer, el cual proyectaba una sombra surrealista y cuasi sangrienta sobre la superficie del lago verde. Sebastián se detuvo junto al árbol que estaba más cerca del lago, y yo caminé hacia Ava, quien estaba parada con los brazos cruzados frente al pecho en el muelle que sobresalía sobre el agua. Estas fueron sus primeras palabras cuando me acerqué.
Miré hacia atrás a Sebastián. Él estaba apoyado en el árbol con una pierna doblada casualmente, pero demasiado lejos como para ver la expresión de su cara.
—¿Por qué no dijiste eso cuando él podía oírte? — respondí rápidamente, y Ava se dio la vuelta, con una mirada mortalmente tranquila. En ese momento, no entendí completamente esa mirada.
—Por fin, me lo robaste. No contesta mis mensajes, y ni siquiera me habla. ¿Ahora si estás feliz? —dijo Ava, molesta, ignorando mi sarcasmo— Ni siquiera lo amas. Me lo quitaste solo porque yo