~Scarlett~
Adrián no se fue. En cambio se quedó parado frente a la puerta del baño, vigilando, y llamó a Aurora.
Cuando por fin abrí un poco la puerta, Aurora me miró, se me acercó con cuidado y me abrazó , puso mi cara llena de lágrimas contra su pecho. Y no me soltó hasta que lograron sacarme de ahí.
Me llevaron al hospital para un chequeo, y después, cuando se aseguraron de que tanto como yo y el bebé estábamos bien, me llevaron al apartamento de Aurora.
Durante todo ese tiempo estuve como en piloto automático, dejando que me movieran como si fuera una muñeca de trapo.
Habían pasado solo unos días desde la última vez que estuve en su sala, toda desordenada, pero sentía como si hubieran pasado años. Lilith nos esperaba, y en cuanto me sentaron en el sofá y me envolvieron con una cobija peludita y suave, poniéndome una taza de chocolate caliente en las manos, me puse a llorar otra vez.
Ahí sentí que estaba en casa. Por fin me sentí segura.
No sé cuánto lloré, pero cuando logré calmar