CAPÍTULO XLIV. A UN PASO DEL ABISMO
Gael
Los días pasaban y los preparativos para la boda se estaban llevando a cabo. Anissa y yo decidimos que lo mejor era contratar a más trabajadores para aquellos días y así no sobrecargar a las personas con demasiadas labores. Eso también la había mantenido bastante ocupada. Anissa quería asegurarse por sí misma de que nadie estuviera trabajando de más.
Pero, en ese mismo momento, necesitaba hablar con ella a solas. Así que, tuve que apartarla un momento del salón donde se llevaría a cabo la celebración y llevarla conmigo hacia otra zona del Palacio.
—¿A dónde vamos? —Me preguntó, mientras la llevaba de la mano por un pasillo de la biblioteca—. Quiero decir, sé que es