Poco después, la noticia de que Paola se había vuelto loca se difundió muy rápido por el círculo de la élite como un incendio forestal. En un abrir y cerrar de ojos, Paola, quien solía hacer la mejor miembro de la clase alta, se había convertido en una loca. Todo el mundo se sorprendió al enterarse: la vida es en verdad imprevisible. Miembros de la clase alta, quienes solían intentar complacer a Paola, se reunieron para chismear sobre la noticia, y de vez en cuando, añadían un insulto para herir. Además, Paola nunca los había respetado en absoluto, Así que no querían desaprovechar la oportunidad para burlarse de ella. Sin embargo, Belén y Daniel no estaban interesados en el problema de Paola. Después de terminar de cenar, él se sentó frente a su computadora y trabajó. Mientras tanto, Belén ayudaba a Santiago a resolver la lista de invitados para el funeral, y también se encargó de organizar los asientos. En realidad, no lo hizo porque estaba desocupada, sino que quería aprovechar
Por su respuesta, puedo darse cuenta de que él estaba muy familiarizado con esa área, ya que su comentario serán puntuales y perspicaces. La llamada duró unos diez minutos. Durante ese tiempo, Belén adquirió bastante conocimiento. —¡Daniel, realmente eres muy bueno dirigiendo la empresa! — soltó. Se recostó en el colchón tranquilamente. —También soy bueno en otras cosas. A pesar de la obvia insinuación, Belén no iba a caer en ella. — Es cierto. Eres bueno en el ajedrez, en la codificación… ¡Ah! Pero no en la cocina. Hizo una mueca de desagrado al escuchar su afirmación obvia. Ella siempre parece estar en una frecuencia diferente a la suya. Sintiéndose frustrado, se dio la vuelta de forma brusca. — Se hace tarde. Apaga la luz y duérmete —dijo con tono seco. A pesar de percibir un toque de desagrado en su voz, Belén le restó importancia como parte de su temperamento imprevisible. Ya estaba bastante acostumbrada. La noche se hizo más notoria, y con las luces apagadas, la habita
— Ten cuidado cuando salgas, no estarás en tu ambiente, así que debe ser cuidadoso — advirtió luego de no poder contenerse. —¿Estás preocupada por mí? — preguntó luego de unos segundos. — Estoy preocupada por mí. ¿Quién me ayudará con mis problemas si algo malo te sucede? — respondió lo opuesto a lo que sentía y la expresión en su rostro cambió por completo. —Ah. Quédate tranquila, un adivino le dijo a mi madre que iba a vivir más de cien años, ¡soy invencible! Bueno, se acabó el tiempo, debo ir a una reunión y me iré después de eso. Te avisaré antes de despegar. — Daniel con solo a Belén, aunque sonaba desanimado. —Bueno. — giró el anillo en su dedo y respiró de manera profunda—. El anillo es deslumbrante, me encanta. Gracias. — En cuanto terminó de hablar, finalizó la llamada. Parecía estar evitando algo. Del otro lado de la línea, el humor de Daniel cambió de sombrío a alegre en un instante. Sus labios esbozaron una sonrisa mientras miraba el suelo. «¿Quién se imaginar
— No era mi intención darle la noticia, sé que rompería su corazón. No obstante, de alguna manera se enteró Y por eso ahora insiste en que vaya a buscarla. Ya que no estás ocupada con nada y no has visto a tu abuela por año, pensé que podías acompañarme — explicó Santiago con seguridad. —¡Claro! Solo dame un momento para vestirme — respondió Belén—, sabía que negarse no era una opción. —Está bien, te espero abajo. Quizás debes empacar una muda más de ropa, ya que el lugar es lejos y es probable que pasemos la noche allí. —Bueno — asintió con la cabeza. Observó a Santiago abandonar la habitación. Cuando se aseguró de que estaba bastante lejos, abrió nuevamente el corta juego. Parecía que nadie había intentado hackearla durante el día. «Quienquiera que sea, parece ser paciente… ¿O se habrá olvidado de mí». Luego, un instante, creyó que la primera opción era la más acertada. Prosiguió añadir otro nivel de seguridad al cortafuego y conectó la configuración a su celular antes de
Mientras miraba a través de la ventana, Belén vio el rostro arrugado de Doris Cruz iluminado por una sola luz amarilla. — Por favor, solo soy una anciana. Le suplico que me dejen ir. Juro que, si tuviera dinero, les habría dado algo a todos ustedes — imploró con una expresión lamentable. Un hombre vestido de forma andrajosa estaba parado frente a ella. Belén alcanzó a ver con su visión aguda que su pantalón tenía varios remiendos y junto a él estaba un pequeño niño de unos diez años. Iban vestidos con ropa que estaba igual de andrajosa y sucia, y miraban al adulto con sus grandes y brillantes ojos. El hombre suspiró cansado. — Tampoco pretendo forzarla, señora García, pero en verdad estamos al borde de la desesperación. Estamos en épocas de lluvias y una vez que comience a llover, mi casa se convierte en un lago. ¡Es inevitable! Al escucharlo, Doris buscó en su bolsillo, sacó algo de dinero, se lo en
Con ese pensamiento en mente, dejó de discutir con Doris, le recordó a Belén: — Solo ten cuidado. Luego, se volvió hacia su madre y comenzó a hablar sobre Ana. Sin decir una palabra, Belén tomó la cesta junto a la puerta y salió. Solo había dado unos pasos cuando recordó que necesitaba algunas herramientas para excavar y regresó para tomarla. Sin embargo, mientras se acercaba a la puerta principal, escuchó la conversación entre Doris y Santiago que provenía del interior de la casa. —Madre, no solías tratar a Belén de esta manera, ¿qué sucede contigo? — Se escuchó la voz de desconcierto de Santiago. Al escucharlo, Belén se paró en Seco sin darse cuenta y se desplazó en silencio hacia un punto ciego donde nadie pudiera verla. Doris dejó escapar, un arco suspiró. —Odiaba a su arrogante madre y también la odiaba a ella. Tú eres mi hijo precioso, porque trabajé tan duro para criar y e
A diferencia de Doris, él había probado toda clase de comidas increíbles en el distrito imperial, por lo que no esperaba mucho de unos simples ravioles. Santiago se lo llevó a la boca de inmediato por simple curiosidad. Con una sola mordida, el delicioso jugo estalló en su boca. Le pareció que los ravioles estaban muy sabrosos, tanto que después del primero de inmediato quiso comer otro. Enseguida, Santiago y Doris devoraron casi por completo el plato entero de ravioles. Sin embargo, cuando solo quedaba uno, ambos se estiraron para tomarle al mismo tiempo. Santiago se detuvo un momento, retiró la mano a regaña diente y dijo: — Puedes tomarlo, madre. De pronto, Dori se percató de que lo había hecho Belén, por lo que se burló, dejó el tenedor y dijo con desdén: — Me parece que incluso la basura sabe bien cuando tenemos hambre. Ya estoy satisfecha, ustedes pueden continuar — dijo mientras le daban un
Belén sabía que quería Doris. Los ravioles que había hecho la noche anterior. «¡Perfecto! Todo va de acuerdo con el plan». Se burló en su mente y respondió en tono amable: — La comida más rápida que puedo preparar son los ravioles que quedaron de anoche. ¿Te parece bien, abuela? Doris resopló y respondió en tono recio: — Está bien, que sean los ravioles. Belén asintió con la cabeza, entró a la cocina y enseguida sirvió un plato de ravioles. Cuando su nieta le llevó la comida, Doris ya se encontraba esperando en la mesa del comedor con un tenedor. Belén tenía bastante confianza en sus dotes culinarias, por lo que su reacción no la sorprendió. No obstante, fingió que no notaba el entusiasmo de Doris mientras dejaba la comida y le preguntó: —¿Necesitas que haga algo más por ti, abuela? No obstante, Doris respondió con impaciencia: —Ve alimentar a los cerdos. Sabes cómo prepararles comida, ¿verdad? Pasaste mucho tiempo en un pueblo, Así que debes haber criado cerdos an