Varios de los invitados mayores, asintieron ante las palabras de Horacio.
— Es cierto, es muy comprensible.
En cambio, los invitados más jóvenes dudaban de la situación.
—¿Cómo es que no sabíamos nada sobre la boda de la señorita Ponce?
—Señor Ponce, ¿esto es solo una excusa para tapar el escándalo?
—¡Es cierto! ¡También escuché que Paola y Hugo son primos!
— Somos parientes lejanos de los Suárez — explicó Horacio mientras reía—. Paola solo lo llama primo por afecto.
Como padre, ¿creen que los dejarían estar juntos si fueran parientes cercanos?
La multitud pareció creer la explicación de Horacio e incluso los que aún sospechaban decidieron guardar silencio. Al fin y al cabo, se trataba de un asunto familiar de los Ponce y lo más prudente era que los ajenos se mantuvieran al margen.
Complacido de ver cómo todos habían aceptado su explicación, Horacio se acercó a Hugo.
— A partir de mañana, Hugo se convertirá en mi yerno de manera oficial. Como tal, me gustaría pedir