CAPÍTULO 34
Punto de vista de Lenora
La espía rió y continuó: «Tenías que haber visto lo furioso que se puso cuando le mostré la carta». Una sonrisa se dibujó en mis labios.
Me temblaban las piernas al pensar en lo incómoda que estaría. Estaba eufórica al oír la noticia. Aparte de cuando finalmente obtuviera mi venganza, no tenía ni idea de qué más podría hacerme feliz.
«Esto es solo el principio», le informé. Ella siguió riendo entre dientes. Le dije que «lo vigilara por mí». Aceptó, y finalmente colgué después de hablar un rato. Tenía un nudo en el estómago tras oír la noticia. No tenía ni idea de por dónde empezar con los preparativos para mi represalia.
Aun así, fue un buen comienzo. Me alegró saber que estaban incómodos y sufrían. Al día siguiente, me dirigía al orfanato. Ese era mi plan.
Para reparar algunas cosas del orfanato, me levanté. Salí de mi habitación y me dirigí a la zona de las criadas. Fuera del patio, vi a dos criadas sentadas jugando a las cartas.
En cuanto me vie