Capítulo 33. Está hecho

Una videollamada desesperada por parte de Lizzie pone en alerta a Mauricio. Se levanta bruscamente de la cama y empieza a recorrer su habitación con el teléfono en la mano, aturdido, soñoliento y algo asustado.

—No sé dónde está Katrina, papá —ella llora desesperada mientras intenta explicar a su padre lo que pasó—. Ya la busqué por todo el bosque, también el omega que nos acompañó lo está haciendo, pero no hemos dado con ella. Me temo que algo malo le pasó.

Mauricio se queda callado sin saber qué responder. Lizzie no deja de llorar.

—Deben venir, por favor, papá, ella está desaparecida y puede que algún lobo rogue la haya atacado —dice en voz temblorosa Lizzie. Ella asoma una casi sonrisa en su rostro al decir aquello, pero Mauricio no se percata de ello.

—¿Qué pasó, hija? —pregunta Lorena quitándole el celular a su esposo—. ¿Dónde está tu hermana? ¿Acaso pelearon?

Lizzie finge querer decir algo, pero no lo logra por su llanto.

—Cálmate, amor —dice su madre al ver la perfecta actua
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