La conducta de Adam me confundía. Me estaba volviendo loca. ¿Por qué quería estar conmigo y tener un hijo si seguía sin perdonarme? ¿Cuáles eran sus verdaderas intenciones?
Mi celular suena y lo reviso con cansancio, en todo el día he tenido mucho trabajo y lo único que quiero es una ducha y acostarme a dormir temprano.
“Las zorras como tú deben morir” leo.
Un malestar invade mi pecho, subiendo hasta mi garganta y dándome un mal sabor. Hugo.
No se sintió satisfecho con intentar asesinarme y dejarme con una enorme deuda en el banco. Ahora me amenaza con matarme y enviarme constantes mensajes de amenaza.
Bloqueo el número y borro el mensaje. Estoy acostumbrada a esto, hace dos años lo hace, a este paso ya no me atemorizan, pero sí que duelen, porque no me dejan superar ese oscuro pasado.
Alzo la mirada y observo por la ventana d