Cuando mi padre dijo que iba a estar cerca de ellos, justo al otro lado de la montaña, no mentía. Pero… ¿Cómo no va a estar lejos si hay una montaña de por medio? Luego me llaman demente a mí.
—¿Cuánto falta para llegar, Rafal? Solo veo montañas y árboles que rodean una carretera desierta y el coche ya está parando.
—Muy observador, señorito. Nos vamos a desviar por el camino que está a la izquierda.
Rafal, nos llevaba en un coche a Minka y a mí. Después iban dos coches más atrás, los guarda espaldas, Gawel y Lech en uno, en el último iban Miloslaw y Filip. ¿Tanta protección tenía que tener? Si pensaba que iba a tener paz y estar solo, estaba muy equivocado.
La desviación que tomamos para según el llegar a la esperada casa, era de tierra y estaba en muy malas condiciones. Te mov