No sabía cuántas horas llevaba acostada en silencio, pero supe que era tarde cuando Jenny golpeó a mi puerta.
-Pasa- respondí sin muchos ánimos.
-Amiga… La cena ya está lista, ¿Quieres comer algo?- dijo mientras asomaba la mitad de su cuerpo. Detrás de ella la luz del pasillo se colaba en la oscuridad de mi habitación.
-No, gracias Jenn. Prefiero descansar un poco más-
En realidad no estaba tan cansada, pero sabía que si bajaba iba a tener que contarles a todos lo que había pasado. Y todavía no estaba preparada.
Tampoco ten&iacut