El lado oculto del lobo
El lado oculto del lobo
Por: Búho Bander
La eterna abnegación

Capítulo 1

Neptuno Wolf.

Era una noche muy oscura, los vampiros estaban por todos lados, recuerdo que había pasado un tiempo del final de la guerra, pero la guerra estaba a punto de empezar de nuevo, sin importar lo que Vanessa y yo habíamos hecho, cada vez que estábamos tratando de luchar contra los nuestros, no para vencer a alguien, sino para poder detener toda la masacre que se avecinaba.

—Neptuno, debemos de tener cuidado, los hombres elefantes han llegado desde hace tiempo, quieren que seas uno de ellos, que te unes para poder vencer a una de las nuevas facciones de los vampiros —Melinda le dijo mientras que servía una copa.

—No lo sé, ¿Crees que puedas tolerar eso?

—Ya no estamos juntos, puedes hacer lo que quieras, sabes que las facciones que actualmente están luchando están en una rebelión, la única persona que puede detenerlos eres tú…

—No quiero ir en contra de tus decisiones, designios y órdenes, después de todo eres la Reina suprema del Mundo Oculto —Neptuno se lo dijo con resignación, quien solo miraba al suelo sin verla el rostro de ella.

—Tú eres el héroe de guerra, el campeón del pueblo…

Dejó allí la conversación, después de eso tomó la copa que Melinda le extendía, el solo miró con el corazón roto por todo lo que había sucedido, un pasado que no era lo que él esperaba, un hombre que fue capaz de detener una de las mayores masacres de la historia…

—Nada de eso importa, para todos solo soy una máquina de guerra. Después de vencer a aquel demonio de otro mundo, las personas dejaron de verme como un héroe, ni siquiera como un defensor, solo una máquina de guerra.

—No digas eso, ya que eso no es así. Todos te ven como el más grande héroe que ha existido —Melinda intentaba convencerlo de que era todo lo contrario.

—Ahora, es momento de irme, debo de irme para poder celebrar la reunión con el alto consejo… realmente no quiero verle el rostro a ninguno, quisiera solo poder irme.

—Esa actitud fue parte de los que no separó —Melinda trató de hacerle entender que era un hombre que había frustrado muchas cosas, entre ellas la relación de ambos.

—Eres la Reina Suprema, eso fue lo que nos separó… nunca tenías tiempo para mí.

—Está bien, mejor dejamos la conversación acá.

Neptuno la miró con aquel dolor en sus ojos, pero estaba realmente molestó y su orgullo pudo más que el amor. En las afueras de la carpa estaban todos esperando que las noticias de la salida de Neptuno de la carpa de Melinda fueran buenas.

—Ninguno de los tratos fueron ejecutados por la reina, ahora debemos de esperar al Alto Consejo, luego de las reuniones, deberán de esperar que cada miembro del consejo apruebe los nuevos acuerdos…

Todos miraron a Neptuno que ya había cambiado toda su forma de pensar y además cada vez que ve el mundo, se había vuelto un hombre mucho más oscuro.

—Señor —se acercó uno de sus betas—, lo lamentamos, esperemos la decisión del Alto Consejo, por ahora le pido por favor que descansemos, todas las tropas están cansadas de tanto luchar, sabemos que si el consejo aprueba que los hombres elefantes y los vampiros del ejército se unan a nosotros todo será más sencillo.

—Mathew, sé que tienes toda la razón del mundo, vamos a descansar un poco, esperemos una semana sin importar que es aquello que decidan los del Alto Consejo, vamos a descansar durante una semana entera.

—Muy bien señor, voy a esparcir la noticia, haremos un campamento base justo al lado.

—Bien —fue la respuesta de Neptuno, Melinda escuchaba todo detrás de la carpa.

Justo después de eso llegó Julius, el hombre rinoceronte que llegó junto a varios de sus guerreros.

—¿Está bien? —Le preguntó mientras que veía el rostro de Neptuno —. Ya no pareces un hombre capaz de hacer lo que sea, siento que algo te consume, nuestros curanderos han dicho que la oscuridad está sobre este mundo, y no son los vampiros que no quieren cooperar con los hombres lobo, y mucho menos con los ancestrales.

—No sé si todas las personas estén de acuerdo con los que han dicho tus curanderos. A pesar de que varios chamanes, magos y demás han estado de acuerdo, una oscuridad se está sobreponiendo, pero cada una de las personas que están al control de los pueblos no quieren hacer caso.

Mientras que Neptuno respondía a la pregunta de Julius, miró hacia atrás, sabía que ella estaba allí escuchando todo, después de resignarse camino para salir de paseo con Julius y conversar con la más tranquilidad.

—Ven Julius, vamos a dar un paseo —le dijo, Melinda seguía con a un costado de su carpa, apretó sus manos en señal de molestia, ella no entendía como su orgullo podía pasar por encima de todo el amor que ambos se tenían, pero él tenía razón en gran parte de lo que decía, él la había dejado ir ya que no tenían tiempo para verse. Ya ambos estaban del todo inmersos en el Mundo Oculto, desapareciendo del mundo humano.

—Señor, creo que ha sido muy rudo, todos lo quieren proteger… o al menos eso creo yo —dijo Julius al alejarse de la carpa, él comprendió toda la situación de inmediato.

—Julius, te respeto por el enorme guerrero que eres, no solo fuiste un líder para tu pueblo, sino que te convertiste también en su mayor héroe. Yo solo soy una máquina de guerra. Me dieron el grado de Alto General del Mundo Oculto, por favor…

—Neptuno, no solo yo soy un héroe para mi pueblo. Usted sabe mejor que nadie, que usted también lo es. Convirtiéndose en uno de los hombres más respetados de mi pueblo, dónde incluso la princesa de los siete reinos de los rinocerontes, quiere que estemos junto a usted y ella quiere que se reúna con el rey, su padre.

—Todos me dicen lo mismo, pero no lo siento así.

—Bueno, señor sabe mejor que nadie todo lo que ha sacrificado, y mucho más después de vencer a aquel “Dios”.

—Es momento de tomar decisiones, el mapa que te dieron… ¿Aún no lo has descifrado?

—No, es una de las cosas más difíciles que he querido lograr, pero no lo he podido ni siquiera comprender el territorio…

—Uno de nuestros Chamanes ha dicho que ese mapa muestra parte de lo que debes hacer…

—¿Qué dijo? —Neptuno estaba precipitado, conocer los detalles del mapa le perturbaba.

—Le mostré uno de los dibujo que me diste, cuando lo hiciste quedé muy impactado, parece que fuera uno de los jeroglíficos de una antigua cueva secreta que eran parte de nuestra antigua civilización, aquella que es capaz de hacer que el mundo se mueva en otro sentido…

—Vamos a verle, así podré tener una mejor forma para empezar a entender este mapa que me está volviendo loco.

—Neptuno, es difícil que los sabios te atiendan, además eso es algo de los siete reinos, por lo que si vas con la princesa, ella es capaz de lograr que ustedes juntos puedan ver a los antiguos sabios.

—Sabes que ella me ha pedido cosas que no puedo darle…

—Ella quiere que se casen… —respondió Julius, entonces Neptuno lo miro con algo de rabia.

—¿Te vas a casar con ella? —Melinda lo miro extrañada… estaba escuchando todo.

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