—¡Jacob! —grité corriendo hasta él cuando lo vi caer al suelo. Me arrodillé a su lado, puse su cabeza sobre mis muslos y lo llamé dándole golpecitos en la cara intentando hacerlo reaccionar, pero él no me respondía. Grité pidiendo ayuda y Carlo llegó un momento después desde algún lugar de la casa.
—Estaba bebiendo agua cuando lo vi sostenerse del refrigerador, le pregunté qué pasaba y cayó al suelo antes de poder decirme algo —relaté cuando él preguntó qué había pasado. Carlo le tomó el pulso y verificó su respiración.
—Sus signos vitales son estables, ¿ha estado enfermo? —preguntó volviendo a tomarle el pulso.
—No estoy segura, lo vi tomarse unas aspirinas un moment