CAPÍTULO 4. LA FIESTA DE ANA.

Adara no conocía ese club que era muy popular entre las personas adineradas de la ciudad para celebrar los bat mitzbah de sus hijos, así como compromisos y matrimonios ya tenía un hermoso y lujoso salón de festejo al lado de un hermoso templo.

Al entrar al lugar Elías la dirigió junto a su madre a una habitación especial ubicada a un lado del templo, allí se encontraba Ana Cohen junto a su madre Judith Cohen, ésta le indicaba a su hija cómo se realizaría el protocolo cuando fueron interrumpidas por los recién llegados.

De forma inmediata, la señora Judith miró a Ava y a su hija de arriba a bajo, la hermosura de ambas era notable, para Judith era incomodo estar cerca de esa mujer, aún no superaba el pasado, en el que su esposo suspiraba por Ava y se arrepentía de no haber sido el primero en ir a pedir su mano, en aquel entonces Judith era amiga de Gaspar y lo intentó consolar en más de una ocasión, de esa forma se dio el acercamiento entre ellos, comenzando una amistad que años más tarde se convertiría en matrimonio.

Judith no podía evitar comparar la belleza de Adara con la de Ana, aún el vestido de la chica parecía incluso más costoso que el de su hija aunque no lo fuera, era como si en su estructura cualquier cosa pudiese verse hermosa, al momento Judith se castigó por tener ese tipo de pensamientos, el pasado debía quedar atrás, Ava nunca había tenido intenciones con su marido, ni antes ni ahora, incluso tal vez nunca se enteró del amor que Gaspar sintió en alguna ocasión por ella. 

Así que la mujer se dispuso a darles la bienvenida, a explicar por dónde caminaría las niñas desfilando delante de los presentes hasta llegar a la tarima donde leerían un fragmento de la Torá, primero lo haría Ana y luego lo haría Adara, al final dirían algunas palabras y por último podrían bajar y saludar a los presentes recibiendo sus felicitaciones por haber alcanzado la madurez religiosa.

Ava asintió y acompañó a su hija a que practicara una vez más el fragmento que debía leer mientras la ceremonia iniciaba.

...

Para la sorpresa de Adara, todo salió perfecto y ella se sentía feliz de estar celebrando su madurez al lado de su familia, amigos y algunos recién conocidos, el salón de festejo era hermoso, la decoración de las mesas sillas y el lugar combinaban los colores blanco y naranja lo que a su parecer se veía juvenil y fresco. En la parte central del salón habían dos mesas con decoración especial y un gran ramo de flores, en el centro una mesa era la de la familia Cohen y la otra la de la familia Levy, inicialmente ella había pensado que harían mucha distinción y su familia se sentiría rechazada, por lo tanto ella estaría molesta, pero parecía que su abuelo tenía realmente buenos amigos, que se habían esforzado por hacerlo sentir bien y lo habían logrado.

Además de todo, en el lugar habían tres familias invitadas que eran amigos íntimos de los Levy, con los que Adara se sentía a gusto, estos la habían felicitado, le habían traído regalos y también habían bendecido su vida con hermosas palabras. Adara se sentía bien con eso, pero como siempre su madre quería más y le exigía salir de su zona de comodidad, pidiéndole que compartiera con las niñas Cohen y sus amigos para que hubiese mayor integración.

Adara respiró profundo antes de caminar hacia el grupo de jóvenes que conversaban, pero antes de llegar a ellos escuchó como Magdalena decía a un par de chicas que deberían ayudarla a estar a solas con Abner Friedman, a quien quería robarle un beso. Ella se sorprendió al escuchar tal cosa e inmediatamente volteó fingiendo no haber oído nada, pero la chica Cohen parecía tener algún problema con ella 

- ¿Qué haces aquí? - le preguntó de forma despectiva.

- Solo me acercaba a esa mesa para buscar una bebida - dijo Adara señalando a otro lugar, intentando evadir a la muchacha. 

Una de las chicas preguntó a Magdalena - ¿quién era la rubia? - a lo que respondió - una tonta que se coló a la fiesta de Ana. En ese momento Ana la miró con molestia, pero pronto decidió ignorarla. 

Adara tomó una bebida y siguió caminando hacia otro grupo de jóvenes que conversaban, volteó para ver si podía salirse de ese compromiso, al instante se dio cuenta que no podía, su madre desde lejos la miraba a la expectativa, sin querer Adara tropezó con un chico e hizo que el refresco cayera sobre él, inmediatamente se sintió apenada y torpe. 

- No fue mi intención - dijo llena de nervios, con rapidez se acercó a la mesa de bebidas y buscó una servilleta de tela para secar al joven, éste estaba muy molesto. 

- ¡Mejor no me toques! - dijo cuando Adara quiso secarlo - es que eres muy torpe - explicó intentando lucir gracioso ante su grupo, quienes se rieron al instante, a ellos se le sumó Ana y Magdalena quienes la miraban con recelo.

Abner terminó de secar su chaqueta cuando subió la mirada y se encontró con los impresionantes ojos azules de Adara, de inmediato la sonrisa se borró de su rostro, su conciencia lo acusó por haber sido grosero con tan hermosa niña, solo por querer encajar en ese grupo que parecía buscar adularlo desde el primer momento. 

Abner se quedó sin palabras, Adara igualmente le entregó la servilleta, mirándole fijo a los ojos le habló.

- No fue mi intención mojar tu ropa, me disculpo si te he ofendido - le regaló una sonrisa forzada, se dio media vuelta y regresó con el grupo de conocidos con el que compartía anteriormente, desde lejos su madre había visto lo sucedido y aunque se sentía apenada por su hija, sabía que debía forzarla a intentar socializar con otras personas. 

* ACTUALIDAD.

POR ADARA.

Me aseo y me preparo para salir de la habitación, debo ir al salón principal dónde servirán el desayuno, es mi tercer día en esta casa, una vez más tendré que desayunar con los abuelos Friedman y su nieto, deberé compartir con la abuela y en la tarde tendré que interactuar con Abner, cosa que no quiero, desde que lo conocí me había dado mala impresión, lo vi un par de veces y luego no supe de él hasta el día de mi cumpleaños número quince, dónde debo reconocer que se portó como un caballero.

Abner es un hombre de buen aspecto, pero no me agrada para nada, desde siempre he escuchado a Magdalena hablar de él, de sus salidas y veladas románticas, no entiendo como ahora se presta al juego de nuestros abuelos, quienes quieren que nos conozcamos mejor para hacer oficial nuestro compromiso, creo que debería decirles la verdad, confesar que mantiene una relación amorosa con Magdalena y es ella con quien desea casarse.

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