Camilo
Había pasado unos meses muy duros, Renata no quería verme ni en pintura, la había ido a buscar un par de veces más pero ella no me recibía, ya no creía en mí, Lorenzo la tenía demasiado controlada, le había puesto dos guardaespaldas con la escusa de que quería cuidarla por qué la amaba, pero yo sé que era para evitar que me le acercara y que lo mantuvieran informado de todos sus movimientos
Romina estaba a solo un mes de dar a luz ya casi no podía moverse, le contraté una dama de compañía por qué era imposible para mí estar las veinticuatro horas con ella ya que debía dirigir el imperio Madrigal, me partía en pedazos tratando de no descuidar las empresas y tampoco a mi muy embarazada hermana
Romina
Hoy me toca revisión con el ginecólogo, me adelanté a Camilo por qué no quiero perder la cita y sé que él está ocupado en una junta importante, pedí un taxi y cómo pude me subí, parezco una gran luna llena, maldito Apolo! me pregunto cómo carajos hizo para poner tres bebés en mi vien