PUNTO DE VISITA DE CAMILLE
Al oír mencionar a Bo, la compostura de Abigail se hizo añicos. Su rostro se deformó de rabia y, con un movimiento de muñeca, una oleada de energía oscura se desató sobre mí y me golpeó con la fuerza de un huracán. Salí despedido hacia atrás, mi cuerpo chocó contra la pared y un dolor punzante explotó en mi cabeza. La sangre brotó de mi nariz, cálida y pegajosa, goteando por mi rostro y al suelo.
Abigail avanzó hacia mí con los ojos encendidos de furia. El aire crepitaba con su poder, un peso sofocante y opresivo que me oprimía. "¿Por qué a mis mujeres les resulta tan difícil entrar en razón?", susurró, con una voz fría y venenosa. "Si a eso hemos llegado, ser tu villana, que así sea. Ambos tenemos que perdonarnos eternamente".
Me puse de pie con dificultad, tapándome la nariz ensangrentada y con la vista nublada. Cada respiración era una batalla, cada paso un esfuerzo hercúleo. Pero sus palabras solo reforzaron mi determinación. "No tengo la intención de vi