Aunque Trevor no sabía muy bien qué hacer al ver que Tanya estaba enfadada, pensó que podría aliviar la tensión entre ellos diciendo simplemente lo que ella quería oír.
Aun así, por alguna razón, lo que Charlie Wade había dicho le recordó su propia infancia y adolescencia.
En aquel entonces, los tatuajes y fumar ya eran los vicios más leves que la gente adoptaba para verse cool y a la moda. Algunos de sus amigos incluso se habían unido a pandillas o se habían vuelto adictos pese a su corta edad. Los peores terminaban atrapados robando en tiendas, cometiendo asaltos a mano armada o involucrándose en peleas entre bandas, para acabar finalmente en prisión o muertos en las calles.
El propio Trevor era consciente de que sus padres habían estado ahí cuando más importaba, disciplinándolo cada vez que estaba a punto de desviarse del camino. Gracias a eso, logró ingresar en una universidad prestigiosa y, con el tiempo, obtener una beca antes de iniciar su carrera como jugador profesional de